lunes, 30 de enero de 2017

LA PRIMERA Y SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


Primera Guerra Mundial

A finales del siglo xix, el Reino Unido dominaba el mundo tecnológico, financiero, económico y sobre todo político. Alemania y Estados Unidos le disputaban el predominio industrial y comercial. Durante la segunda mitad del siglo xix y los inicios del xx se produjo el reparto colonial de África (a excepción de Liberia y Etiopía) y de Asia Meridional entre las potencias europeas, así como el gradual aumento de la presencia europea y japonesa en China, un estado que para entonces se hallaba muy debilitado.

El Reino Unido y Francia, las dos principales potencias coloniales, se enfrentaron en 1898 y 1899 en el denominado incidente de Faschoda, en Sudán, pero el rápido ascenso del Imperio alemán hizo que los dos países se unieran a través de la Entente Cordiale. Alemania, que solamente poseía colonias en Camerún, Namibia, África Oriental, algunas islas del Pacífico (Nueva Guinea, las Marianas, las Carolinas, las Islas Salomón, entre otras) y enclaves comerciales en China, empezó a pretender más a medida que aumentaba su poderío militar y económico posterior a su unificación en 1871. Una desacertada diplomacia fue aislando al Reich, que solo podía contar con la alianza incondicional del Imperio austrohúngaro. Por su parte, el Imperio ruso y, en menor medida, los Estados Unidos controlaban vastos territorios, unidos por largas líneas férreas (Transiberiano y ferrocarril Atlántico-Pacífico, respectivamente).

Francia deseaba la revancha de la derrota sufrida frente a Prusia en la guerra franco-prusiana de 1870-1871. Mientras París estaba asediada, los príncipes alemanes habían proclamado el Imperio (el llamado Segundo Reich) en el Palacio de Versalles, lo que significó una ofensa para los franceses. La III República perdió Alsacia y Lorena, que pasaron a ser parte del nuevo Reich germánico. Su recuperación era ansiada por el presidente francés, Raymond Poincaré, lorenés.22 En general, las generaciones francesas de finales delsiglo xix y, sobre todo, los estamentos militares, crecieron con la idea nacionalista de vengar la afrenta recuperando esos territorios. En 1914 solo un 1,5 % de los reclutas del Ejército francés se resistieron a la movilización,23 en comparación con el 30 % de 1870.

Mientras tanto, los países de los Balcanes independizados del Imperio otomano fueron objeto de rivalidad entre las grandes potencias. El estado otomano, al que los comentaristas de la época denominaban el «enfermo de Europa», no poseía en Europa —hacia 1914— más que Estambul, la antigua Constantinopla. Todos los jóvenes países nacidos de su descomposición (Grecia, Bulgaria, Rumanía, Serbia, Montenegro y Albania) buscaron expandirse a costa de sus vecinos, lo que llevó a dos conflictos entre 1912 y 1913, conocidos como guerras de los Balcanes.

Impulsados por esta situación, los dos enemigos seculares del Imperio otomano continuaron su política tradicional de avanzar hacia Estambul y los estrechos que conectan el mar Negro con el mar Mediterráneo. El Imperio austrohúngaro deseaba proseguir su expansión en el valle del Danubio hasta el mar Negro, sometiendo a los pueblos eslavos. El Imperio ruso, que estaba ligado histórica y culturalmente a los eslavos de los Balcanes, de confesión ortodoxa —ya les había brindado su apoyo en el pasado— contaba con ellos como aliados naturales en su política de acceder a «puertos de aguas calientes».

Como resultado de estas tensiones, se crearon vastos sistemas de alianzas a partir de 1882:

La Triple Entente: Francia, Reino Unido y Rusia.
La Triple Alianza: Alemania, Austria-Hungría e Italia.
A este período se le conoce como el de la «paz armada», ya que las naciones europeas estaban destinando cuantiosas cantidades de recursos en armamentos,24 y sin embargo no había guerra, aunque se sabía que era inminente.

Detonante

Declaración de guerra contra el Reino de Serbia por parte del Imperio austrohúngaro
Artículo principal: Atentado de Sarajevo
El evento detonante del conflicto fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914 a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip, miembro del grupo Joven Bosnia, ligado organización clandestina nacionalista Mano Negra, que apoyaba la unificación de Bosnia con Serbia. Francisco Fernando era el heredero de la corona austrohúngara después de la muerte de su primo, Rodolfo de Habsburgo (en 1889) y de su padre Carlos Luis de Austria (en 1896). Su asesinato precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia, que desencadenó la Primera Guerra Mundial.

El 23 de julio, después de acordarlo con el estado alemán, el gobierno austrohúngaro lanzó un ultimátum en diez puntos a su homólogo serbio, exigiendo entre otras cosas la posibilidad de investigar en territorio serbio. Al día siguiente el Consejo de Ministros ruso decidió tomar medidas enérgicas que incluirían llegado el caso la movilización del ejército. Informado el gobierno serbio, que tenía plazo hasta el sábado 25 a las seis de la tarde, no aprobó los puntos impuestos por Austria-Hungría, sobre todo los puntos cinco y seis que ordenaban «aceptar la colaboración en territorio serbio de representantes del gobierno austrohúngaro para la represión del movimiento subversivo» y «abrir una investigación judicial contra los participantes en el complot».

Ante dicha negativa, el 28 de julio de 1914, Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia.25 Acto seguido, el 29 de julio Rusia ordenó la movilización parcial contria Austria-Hungría, después de una rectificación de última hora del zar Nicolás II, ya que estaba prevista una movilización general.26 Sin embargo, la puesta en marcha de una movilización parcial causaría un enorme problema logístico si al final era necesaria una completa, algo prácticamente seguro ya que Alemania no tendría más remedio que respaldar a su aliado, por lo que el zar tuvo que ordenar finalmente la movilización general al día siguiente, el 30 de julio, después de una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores Serguéi Sazónov, que le transmitió las preocupaciones al respecto del jefe del Estado Mayor Nikolai Yanushkevich.27 En función de las alianzas militares, el 1 de agosto Alemania le declaró la guerra a Rusia, al considerar la movilización como un acto de guerra contra Austria-Hungría. Ante esto, y en virtud de la alianza militar franco-rusa de 1894, Francia tomó algunas medidas de precaución en sus fronteras. Alemania, al conocer la agitación que reinaba en Francia a causa del inesperado ataque contra Serbia y la movilización rusa, le declaró la guerra a Francia el 3 de agosto.28 29







Guerra de movimientos

Alianzas militares europeas en 1914.
En 1914, los europeos pensaban que la guerra sería corta. Pero los generales, que habían estudiado las guerras napoleónicas, estaban equivocados en su enfoque inicial del enfrentamiento, basado en el uso masivo de la infantería. Respondiendo a la enorme eficacia de las armas (fusiles, armas automáticas y artillería pesada), las fortificaciones fueron reforzadas. La caballería sería inútil como medio para romper el frente.
Al comienzo de la guerra los dos bandos trataron de obtener una victoria rápida mediante ofensivas fulminantes. Los franceses agruparon sus tropas en la frontera con Alemania, entre Nancy y Belfort, divididas en cinco ejércitos. Previendo un ataque frontal en Lorena, organizaron el Plan XVII. Los alemanes tenían un plan mucho más ambicioso. Contaban con la rapidez de un movimiento de contorno por Bélgica para sorprender a las tropas francesas y marchar hacia el este de París (Plan Schlieffen de 1905) y luego enfrentarse a las fuerzas enemigas y empujarlas hacia el Jura y Suiza. Tan sólo ubicaron 2/7 de sus tropas sobre la frontera para resistir el ataque frontal en Alsacia-Lorena.


Alianzas militares europeas en 1915.
Verde: Triple Entente (aliados)
Rojo: Potencias Centrales
Amarillo: Países no beligerantes.
El comienzo del plan transcurrió perfectamente para el Reich. Sus tropas avanzaron sobre Bélgica el 4 de agosto, lo cual provocó la intervención inglesa. Posteriormente derrotaron al ejército francés en diversas batallas. Los franceses lanzaron simultáneamente el Plan XVII, pero resultó un fracaso debido a las armas automáticas que frenaron cualquier asalto y a un repliegue prematuro de las tropas hacia sus líneas. Semanas después los alemanes estaban ya ubicados en el río Marne, donde chocaron con el Fuerza Expedicionaria Británica (BEF) y el ejército francés, quienes frenaron el avance imperial. La derrota germana frustró el plan original y acabó con las expectativas de una conflagración breve, marcando el abandono definitivo de los planes anteriores a la guerra. En ese momento comenzó la «carrera hacia el mar»: los dos ejércitos marcharon hacia el mar del Norte; ataques y contraataques se sucedieron. La contienda se desarrollaría en territorio francés y belga. Las tropas británicas no tardaron en intervenir en mayor número, junto a los restos del ejército belga.

Mientras tanto, Austria-Hungría fracasó en su intento de tomar Belgrado, lo cual lograría después con ayuda alemana, en agosto de 1915. Rusia invadió Prusia Oriental, pero los generales de estado mayor prusianos Hindenburg y Ludendorff los batirán contundentemente en Tannenberg.

En el curso de 1915, dos nuevos países entraron en la guerra: Italia del lado de los Aliados y Bulgaria al lado de las Potencias Centrales, que con este apoyo derrotaron y ocuparon Serbia. Desde el comienzo de la guerra, la Santa Sede y Suiza intentaron infructuosamente sondeos por la paz.

Frente occidental

Estabilización del Frente Occidental en 1914
Artículo principal: Frente Occidental (Primera Guerra Mundial)
Véase también: Guerra de trincheras
El 4 de agosto de 1914, el ejército alemán abrió el Frente Occidental invadiendo Bélgica y Luxemburgo, con un ataque a la ciudad de Lieja, y luego obteniendo el control militar de regiones industriales importantes del este de Francia, derrotando al ejército francés en la batalla de Lorena, la batalla de Charleroi del 21 de agosto y en la batalla de Maubeuge una semana más tarde. La fuerza del avance fue contenida drásticamente con la primera batalla del Marne en septiembre de 1914, donde enfrentaron a la Fuerza Expedicionaria Británica compuesta por cinco divisiones experimentadas y las tropas de reserva francesas, parte de las cuales llegaron al frente gracias a los taxis de París. El equilibrio de fuerzas y las nuevas armas facilitaron la defensa frente al ataque e impusieron la estabilización del frente. Ambos contendientes se atrincheraron en una línea sinuosa de posiciones fortificadas que se extendía desde el mar del Norte hasta la frontera suiza con Francia. Esta línea permaneció sin cambios sustanciales durante casi toda la guerra.


Soldados franceses en las trincheras, durante la batalla de Verdún, en 1916.
Un asalto presentaba tal desventaja frente al adversario que los ataques aliados fueron infructuosos y Alemania pudo resistir a pesar de combatir en dos frentes. En estos ataques se recurrió a bombardeos masivos de artillería y al avance masivo de la infantería. Sin embargo, la combinación de las trincheras, los nidos de ametralladoras, el alambre de espino y la artillería infligían cuantiosas bajas a los atacantes y a los defensores en contraataque. Como resultado, no se conseguían avances significativos. Las condiciones sanitarias y humanas para los soldados eran muy crudas y las bajas elevadísimas.


Soldados británicos en las trincheras, durante la batalla del Somme, 1916.
En otoño de 1915 el general Joseph Joffre intentó una ofensiva, con apoyo inglés, que concluyó en un gigantesco fracaso. Después de este éxito defensivo, a finales de año, el general Von Falkenhayn, jefe de Estado Mayor, propuso al káiser su proyecto de atacar Verdún, plaza fuerte e impenetrable según la propaganda francesa, pero que estaba en posición delicada por no poseer un camino o vía férrea para su reavituallamiento. Los alemanes esperaban que su caída debilitaría la moral de los soldados franceses. El 21 de febrero de 1916, el ataque se inició con la artillería bombardeando violentamente las posiciones aliadas. Los alemanes avanzaron poco, pero las pérdidas francesas fueron enormes. El 25 de febrero, el general Langle de Cary decidió abandonar la ciudad, pero el mando francés no estaba dispuesto a perder Verdún y nombró en su lugar a Philippe Pétain, quien organizó una serie de violentos contraataques.

El 1 de julio, los británicos desataron una gran lucha paralela en la batalla del Somme, a fin de dividir las tropas alemanas y reducir la presión sobre Francia. Los alemanes retrocedieron escasos kilómetros, pero en orden. Al final, el frente casi no se modificó ni en Verdún ni en el Somme, pese a los centenares de miles de bajas.

En un esfuerzo por romper este callejón sin salida, este frente presenció la introducción de nuevas tecnologías militares, incluyendo el gas venenoso y los tanques. Pero solo tras la adopción de mejoras tácticas se recuperó cierto grado de movilidad.

A pesar del estancamiento de este frente, este escenario resultó decisivo. El avance inexorable de los ejércitos aliados en 1918 convenció a los comandantes alemanes de que la derrota era inevitable, y el gobierno se vio obligado a negociar las condiciones de un armisticio.



Frente oriental
Artículo principal: Frente Oriental (Primera Guerra Mundial)

Prisioneros austríacos en manos rusas, en Karelia, 1915.
La estrategia de guerra alemana funcionó contra Rusia. El ejército ruso contaba con 8 millones de hombres en 1914, pero estaba compuesto principalmente por campesinos sin ninguna formación militar, mal armados y equipados. El mando ruso era también mediocre. Los dos ejércitos se enfrentaron en la batalla de Tannenberg (Prusia Oriental) del 26 al 30 de agosto de 1914, y en la batalla de los lagos Masurianos del 6 al 15 de septiembre de 1914. Los rusos sufrieron grandes derrotas en los dos casos y fueron obligados a replegarse. Los comandantes alemanes en esta exitosa campaña defensiva fueron Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff.

Austria-Hungría, en cambio, no pudo repeler la invasión de Galitzia. En junio de 1916 tiene éxito una ofensiva rusa, dirigida por el general Alexéi Alexéievich Brusílov, que se interna en las líneas austrohúngaras. Regimientos enteros se pasaron a las filas rusas, demostrando la fragilidad del Imperio austrohúngaro. Motivada por esta circunstancia, Rumanía declara la guerra a los Imperios Centrales, y tras unas victorias iniciales es derrotada debido a la superioridad numérica alemana y austrohúngara, lo que hace que firme un tratado de paz, lo que compromete aún más la posición rusa. El Imperio de los Romanov no volvería a intentar ninguna ofensiva de relevancia en el resto de la contienda.

Alemania pasó a la ofensiva y conquistó el golfo de Riga, destruyendo o capturando a buena parte de los contingentes rusos. El frente oriental estuvo en constante movimiento y no conoció la guerra de trincheras. La caballería jugó aún cierto papel en esta guerra de movimientos.
 .

Frente balcánico
Artículo principal: Frente Balcánico (Primera Guerra Mundial)
En la región de los Balcanes, tuvieron lugar una serie de campañas militares entre las Potencias Centrales (Austria-Hungría, Alemania, el Imperio Otomano y Bulgaria) por un lado y los aliados (Serbia, Montenegro, Rusia, Francia, Reino Unido y más tarde Rumanía y Grecia), por otro. En este teatro de operaciones la guerra comenzó con la invasión austro-húngara a Serbia en 1914, que acabó con la conquista de Serbia y Montenegro a fines de 1915. Las fuerzas serbias fueron atacadas desde el norte y el este y se vieron obligadas a retirarse del país, sin embargo, el ejército serbio se mantuvo operativo, aunque emplazado en Grecia.


Cañones serbios capturados por los austríacos.
En el otoño de 1915, los aliados intentaron ir en ayuda de los serbios, por medio de una expedición franco-británica que se estableció en el puerto de Salónica, en Grecia. El plan aliado consistía en socorrer a los serbios desde el sur, abriendo un frente en Macedonia. La expedición llegó demasiado tarde y con insuficiente fuerza para evitar la caída de Serbia, y se vio complicada por la crisis política interna en Grecia. No obstante, se logró mantener estable el frente macedonio, desde la costa albanesa al río Estrimón, en Bulgaria, hasta 1918.

En 1916 Rumanía entra en guerra contra las Potencias Centrales, pero esta decisión resultó desastrosa para los rumanos. Poco después de la declaración de guerra rumana, una ofensiva combinada entre los alemanes, austro-húngaros, búlgaros y otomanos conquistó dos tercios del país en una rápida campaña que finalizó en diciembre de 1916. Sin embargo, los ejércitos ruso y rumano consiguieron estabilizar el frente y mantenerlo en Moldavia. En 1917, Grecia entró en la guerra del lado aliado, y en septiembre de 1918 se produjo la gran ofensiva aliada de una fuerza multinacional acantonada en el norte de Grecia, que dio lugar a la capitulación de Bulgaria y a la liberación de Serbia.


Frente de Oriente Medio
Artillería británica en Galípoli.
Artículo principal: Frente del Oriente Medio (Primera Guerra Mundial)
Véase también: Batalla de Galípoli
Los Aliados contaban con la debilidad del Imperio otomano para abrir una vía directa y apoyar a sus aliados rusos. La campaña de los Dardanelos fue iniciada por los ingleses, a sugerencia de Winston Churchill, para controlar el estrecho de los Dardanelos, lo que permitiría a Francia y al Imperio británico revitalizar a Rusia, neutralizar al Imperio otomano y encerrar a los imperios centrales. El ambicioso proyecto comenzó con el despliegue de una imponente flota inglesa y el desembarco de tropas en Galípoli, pero los otomanos, mandados por Mustafa Kemal Atatürk, se defendieron con una eficacia inesperada. Los aliados no consiguieron penetrar en el Imperio otomano y fracasaron en las sucesivas ofensivas. La operación fue un sangriento desastre, convirtiéndose en una nueva batalla de trincheras (para colmo, esta vez con el mar a espaldas de los Aliados). Después de unos meses de inútiles tentativas, el mando inglés decidió evacuar Galípoli y dirigir su cuerpo expedicionario a Salónica, Grecia. Este ejército sostendría enseguida a los serbios que no se rindieron. Ante todo, se mantuvo a la espera de nuevas oportunidades, como convencer a Grecia de entrar en la guerra.

Durante todo el conflicto, los británicos fomentaron el sublevamiento de las tribus árabes para perturbar a los otomanos. En esta misión destacó el célebre oficial T. E. Lawrence, Lawrence de Arabia. La Declaración Balfour propuso el establecimiento de un Estado judío en Palestina, para motivar a los judíos estadounidenses a que apoyaran el ingreso de ese país en la guerra. En 1916 los británicos atacaron Palestina, cuyo control mantendrían hasta 1948.

Frente Italiano
Artículo principal: Frente Italiano (Primera Guerra Mundial)
En 1915, Italia se une a los Aliados y ataca a Austria. Sin embargo, una larga serie de ofensivas sobre el río Isonzo fracasa. En 1917, son los austro-húngaros, reforzados por tropas alemanas, los que baten duramente a los italianos en Caporetto. Este desastre casi saca a Italia de la guerra, pero el frente se estabiliza sobre el río Piave.

La guerra en África
Artículo principal: Frente africano (Primera Guerra Mundial)
En África, británicos y franceses atacaron desde todos los frentes a las colonias alemanas, rodeadas por sus posesiones. Las fuerzas germanas en Togolandia y Camerún se rindieron rápidamente a las tropas anglo-francesas, mientras que la colonia de África del Sudoeste Alemana fue invadida por el ejército sudafricano y ocupada totalmente en 1915 (véase: Campaña de África del Sudoeste). Sólo la colonia de Tanganica, bajo la dirección del general Paul von Lettow-Vorbeck, resistió bajo dominio alemán hasta el final de la contienda.

La guerra en el Extremo Oriente y el Pacífico

Artillería japonesa durante el ataque a las fuerzas alemanas de Tsing Tau, en 1914.
Tras el estallido de la guerra, el Imperio japonés envió un ultimátum a Alemania, solicitándole la evacuación de Jiaozhou (noreste de China). Alemania se negó a cumplirlo, por lo que Japón entró en la guerra del lado de los aliados el 23 de agosto de 1914. Las tropas japonesas ocuparon las posesiones alemanas en las islas Carolinas y Marianas. En 1915, Japón presentó las Veintiuna exigencias a China que obligaban a China a no alquilar ni ceder ningún territorio frente a Taiwán a ningún país, excepto a Japón. En 1919, China cedió los derechos comerciales de Mongolia Interior y Manchuria a Japón.

Mientras tanto, en el Pacífico también hubo movimientos aunque no batallas de importancia. Las tropas australianas estacionadas en Papúa ocuparon sin problemas la Nueva Guinea Alemana, mientras que Japón y Nueva Zelanda dirigieron ataques contra las bases alemanas en las Islas Marianas. El puerto chino de Qingdao, principal base alemana en Extremo Oriente, fue ocupado por los japoneses.

Como resultado del acuerdo de paz de la guerra mundial, Japón recibió las islas del Pacífico que había ocupado.

La guerra en el mar
Véase también: Categoría:Batallas navales en la Primera Guerra Mundial

La Gran Flota Británica en la batalla de Jutlandia.
La guerra naval en la Primera Guerra Mundial se caracterizó por los esfuerzos de los Aliados, especialmente Gran Bretaña, de imponer un bloqueo marítimo a los Imperios Centrales, utilizando sus grandes flotas navales; y por el empeño de estos de romper el bloqueo o establecer ellos mismos uno efectivo hacia el Reino Unido y Francia. Los alemanes, que contaban con una importante flota de submarinos, intentaron imponer un bloqueo completo a estas potencias ya nombradas, interceptar el apoyo de sus colonias y romper las rutas de aprovisionamiento entre América (carne de Argentina, armamento estadounidense) y Europa.

El mar del Norte y el canal de la Mancha fueron los principales teatros de operaciones de la guerra en el mar. En ellos se enfrentaron la Gran Flota británica y la Flota de Alta Mar alemana, que protagonizaron tres grandes batallas. En agosto de 1914 se encontraron en la batalla de Heligoland, en enero de 1915 en la batalla del Banco Dogger, ambas a favor del Reino Unido. A mediados de 1916 ambas flotas se encontraron en pleno frente a la península de Jutlandia. En la batalla de Jutlandia los alemanes, dirigidos por los almirantes Reinhard Scheer y Franz von Hipper, tenían como objetivo impedir el abastecimiento británico desde Noruega. La batalla comenzó el 31 de mayo, y fue el mayor combate naval registrado durante la guerra. No hubo un total ganador, ya que la Marina Real Británica, bajo mando de los almirantes John Jellicoe y David Beatty, perdió más hombres y naves, pero los alemanes no pudieron romper el bloqueo y tuvieron más buques dañados.30

Además la guerra en el mar se disputó en otros escenarios. En el Atlántico la actividad alemana se caracterizó por la guerra submarina. En el Mediterráneo, las flotas aliadas (británica, francesa e italiana) se enfrentaron a la Armada Austro-Húngara en el Adriático, siendo el mayor enfrentamiento la batalla del canal de Otranto en 1917;31 y a la Armada Otomana durante la campaña de los Dardanelos. En el océano Pacífico se enfrentaron el Escuadrón Alemán del Lejano Oriente, comandado por el almirante Graf von Spee, con el 4° Escuadrón de la Real Marina Británica, la Real Marina Australiana y algunas unidades de la Marina Imperial Rusa y de la Armada Francesa. Las principales batallas de este teatro de operaciones fueron la batalla de Coronel y la batalla de las Malvinas.

El epílogo a la contienda naval, lo puso el hundimiento de la flota alemana bajo el mando de Ludwig von Reuter por sus propios tripulantes mientras se encontraba internada en Scapa Flow, para evitar que la Flota de Alta Mar fuera repartida entre los aliados.

1917: entrada de Estados Unidos en la guerra y derrota de Rusia

Soldados de Estados Unidos durante la batalla de St. Mihiel, en Francia.
En 1917, el Estado Mayor alemán tomó la decisión de aguantar a los Aliados en el oeste y hundir de una vez a las desalentadas tropas zaristas después de la victoria táctica de los británicos en Arras. Los franceses, tras el fracaso total de su ofensiva de Chemin des Dames, no fueron capaces de retomar la iniciativa y se limitaron a resistir. El 7 de junio los británicos lanzaron una ofensiva en Flandes, pero no consiguieron romper el frente. El conflicto se estancó y el desaliento cundió en la retaguardia mientras la población civil padecía restricciones, sobre todo en Alemania, bloqueada por los aliados.

En abril de 1917 los Estados Unidos le declararon la guerra a los Imperios Centrales, lo que le dio a la contienda el carácter mundial. No obstante, sus efectos no se sentirían sino hasta 1918. El hundimiento por un submarino alemán del RMS Lusitania el 7 de mayo de 1915, donde murieron 128 estadounidenses había generado un sentir popular antialemán entre los estadounidenses, pero fue el anuncio alemán de una guerra submarina «sin restricciones» junto con la confirmación de la autenticidad del telegrama Zimmermann lo que provocó un flujo de sentimientos antialemanes en Estados Unidos,32 y fue el detonante de su entrada oficial en guerra al lado de los aliados.


El telegrama Zimmermann.

El 16 de enero de 1917, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Arthur Zimmermann, envió un telegrama, interceptado por la inteligencia británica, al embajador en México, Heinrich von Eckardt, con indicaciones precisas para convencer al presidente Venustiano Carranza, de que México entrase a la guerra del lado de los Imperios Centrales si Estados Unidos le declaraba la guerra a Alemania. A cambio, el telegrama prometía a México la restitución de los territorios anexionados por Estados Unidos en la guerra de 1847-1848 por el Tratado de Guadalupe-Hidalgo. Dicho telegrama también sugería que el presidente Carranza se comunicase con Tokio para llegar a un acuerdo que hiciera que el Imperio japonés se pasase al lado alemán. Carranza no aceptó la oferta, puesto que México estaba inmerso en la Revolución mexicana y no se encontraba en condiciones económicas adecuadas. Además, el mandatario se encontraba preocupado por la Expedición Punitiva estadounidense. México no solo no entró en la guerra, sino que envió a Francisco León de la Barra como alto comisionado mexicano de la Paz.

En febrero de 1917 estalló la Revolución rusa, la cual obligó a abdicar al zar Nicolás II, quedando el país posteriormente bajo el mando de Aleksandr Kérenski, quien continuó en guerra contra Alemania. Sin embargo en noviembre estallaría la Revolución bolchevique, que depuso al gobierno de Kérenski. Este clima de inestabilidad permitió a los alemanes avanzar considerablemente en ese país.


Tropas revolucionarias rusas en marzo de 1917.
Los bolcheviques tomaron el control total y firmaron el armisticio con los Imperios Centrales en diciembre, después de la Paz de Brest-Litovsk (negociada por León Trotski) en marzo de 1918. Para obtenerla consintieron enormes sacrificios económicos y territoriales. Además, Alemania ocupó Polonia, Ucrania, Finlandia, los países bálticos y parte de Bielorrusia. El Reich aprovechó esta victoria para enviar casi todo su ejército oriental al Frente Occidental e intentar obtener una victoria rápida antes de la llegada masiva de los estadounidenses. Era su baza definitiva, ya que Austria-Hungría, Bulgaria y el Imperio otomano daban muestras de desaliento ante las mayores reservas financieras y de hombres de los Aliados.

Finalmente el 17 de julio de 1918 el zar Nicolás II fue asesinado con toda su familia en Ekaterimburgo, por temor a que el avance de la Legión Checoslovaca hacia la ciudad, pudiera liberarlo. La Revolución rusa, en particular luego del tratado de Brest-Litovsk, dio paso a una guerra civil, que se extendió hasta 1923, provocada por el levantamiento de grupos antibolcheviques dentro y fuera de Rusia, que se organizaron para actuar contra el nuevo régimen.


Fin de la guerra


Reforzados por las tropas provenientes del frente este, los alemanes ponen todas sus fuerzas en su última ofensiva, nombrada por el general de Infantería Erich Ludendorff como Kaiserschlacht (nombre clave Michael), a partir de marzo de 1918, sobre el río Somme, en Flandes y en Champaña. Esta comenzó el 21 de marzo y se extendió hasta el 5 de abril, aunque con el final de esta los alemanes continuaron con una serie de cuatro ofensivas hasta el 17 de junio. Pero, mal alimentadas y cansadas, las tropas alemanas no pudieron resistir la contraofensiva de Foch y fallan frente al objetivo final: París, quedando a 120 km de la capital gala. El general Foch comanda sus tropas francesas y estadounidenses hacia la victoria, en la segunda batalla del Marne. Los primeros tanques británicos entraron en combate y la superioridad aérea aliada era evidente.

Es el principio del fin para los Imperios Centrales. En los Balcanes, las tropas francesas atacan las líneas búlgaras en Macedonia. Después de pocos días de lucha, Bulgaria comprende que no puede hacerles frente y pide el armisticio. El Imperio otomano está al límite de sus fuerzas y no puede contener a los británicos que han tomado ya Jerusalén y Bagdad y avanzan hacia Anatolia. Franceses y británicos ocupan el Oriente Próximo e Irak y el Imperio otomano también se rinde.

El duelo entre italianos y austríacos está asimismo por resolverse. El general Díaz se ve presionado por su gobierno, que necesita de una victoria en el frente alpino para poder negociar. Los italianos derrotan a Austria-Hungría en Vittorio Veneto. Este hecho se suma al descalabro del ejército imperial en los Balcanes, y la monarquía de los Habsburgo se hunde.


Ferdinand Foch, segundo por la derecha, posa frente al vagón en Compiègne tras la firma del armisticio. Ese mismo vagón de tren fue el lugar elegido por Adolf Hitler para la simbólica firma de la rendición francesa en junio de 1940.33
El Reich está en una situación desesperada: se ha quedado sin aliados, su población civil sufre draconianas restricciones, su ejército está al límite, sin reservas y desmoralizado. Ludendorff y Hindenburg son partidarios de la capitulación inmediata, pues creen que el frente se derrumbará en cualquier momento. En efecto, tropas estadounidenses de repuesto no paran de desembarcar e incluso Italia se prepara para enviar un contingente a Francia. El 8 de agosto un ataque aliado cerca de Amiens tiene éxito y rompe el frente alemán; los aliados penetran en Bélgica. El Alto Mando pide al brazo político iniciar inmediatamente negociaciones de paz. Cunde la convicción de que la guerra está perdida. Wilson proclama que Estados Unidos sólo negociará con un gobierno alemán democrático. Los Hohenzollern tienen los días contados. Tras una revolución obrera en Berlín, el Káiser huye a Holanda. El gobierno de la nueva República alemana firma el armisticio de Compiègne el 11 de noviembre de 1918. La guerra termina con la victoria de los Aliados.

Tratados de paz
Tras el conflicto, se firmaron varios tratados de paz por separado entre cada uno de los vencidos y todos los vencedores, con excepción de Rusia, que había abandonado la guerra en 1917. Al conjunto de estos tratados se le conoce como La Paz de París (1919-1920).

Versalles: Firmado el 28 de junio de 1919 entre los aliados y Alemania. El antiguo territorio del Imperio alemán fue cortado en dos por el Corredor polaco, desmilitarizado, confiscadas sus colonias, supervisado, condenado a pagar enormes compensaciones —que terminó de satisfacer casi un siglo después, en 2010—34 y tratado como responsable del conflicto. Este tratado produjo gran amargura entre los alemanes y fue la semilla inicial para el próximo conflicto mundial. Con este tratado también fue creada la Sociedad de Naciones.

Saint-Germain-en-Laye: Firmado el 10 de septiembre de 1919 entre los aliados y Austria-Hungría. En este tratado se establecía el desmembramiento de la antigua monarquía de los Habsburgo, el Imperio austrohúngaro, y Austria quedó limitada a algunas zonas en las que se hablaba solamente el alemán.

Neuilly: Firmado el 27 de noviembre de 1919 en Neuilly-sur-Seine (Francia) entre Bulgaria y las potencias vencedoras. De acuerdo con lo estipulado en el tratado, Bulgaria reconocía el nuevo Reino de Yugoslavia, pagaba 400 millones de dólares en concepto de indemnización y reducía su ejército a 20.000 efectivos. Además, perdía una franja de terreno occidental en favor de Yugoslavia y cedía Tracia occidental a Grecia, por lo que quedaba sin acceso al mar Egeo.

Trianon: Acuerdo impuesto a Hungría el 4 de junio de 1920 por los aliados, en el que se dictaminó la entrega de territorios a Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia.

Sèvres: Firmado el 10 de agosto de 1920 entre el Imperio otomano y los aliados (a excepción de Rusia y Estados Unidos), siendo parte de la partición del Imperio otomano. El Tratado dejaba a los otomanos sin la mayor parte de sus antiguas posesiones, limitando sus territorios a Constantinopla y parte de Asia Menor.


Aspectos económicos
La primera guerra mundial fue la primera que exigió a los gobiernos intervenir en la economía para lograr resolver cuestiones de envergadura relacionadas con la disponibilidad de los factores de producción y la necesidad de distribuirlos en un escenario caracterizado por deudas crecientes y diversificadas y por restricciones a la importación.

Producción: El accionar del Estado en relación a los procesos productivos se limitó al control de los mismos sin afectar los principios de la libre empresa. El principal problema para la producción fue el factor trabajo ya que la mano de obra estaba reclutada. En consecuencia, las potencias en guerra recurrieron al trabajo femenino. En el sector agrario se incentivó la producción por todos los medios. Por ejemplo, Alemania obligó a cultivar las tierras comunales e Inglaterra estableció multas al terreno baldío. La producción industrial también experimentó un importante crecimiento sobre todo la industria metalúrgica para la fabricación de armamento y la textil para la confección de uniformes.

Distribución e intercambios: Los problemas de distribución de materias primas y alimentos se fueron agudizando a medida que transcurría la guerra. Los bloqueos comerciales por parte de ambos bandos obligaron a cambiar las rutas de comercio con un correspondiente aumento de los fletes. A su vez, una economía de guerra obligó a las autoridades a fijar cupos de importación, fijar precios y crear organismos de distribución de alimentos. Hasta Inglaterra, quien había mantenido el libre comercio durante la crisis de 1873, debió realizar medidas proteccionistas como derechos arancelarios. Por otro lado, los problemas de transporte interno fueron serios, por ejemplo, el Estado alemán subordinó a las empresas ferroviarias para organizar la circulación.


The Origins of the First World War, publicado en 1992.
Lucharon 65,8 millones de soldados, de los que murieron más de 1 de cada 8, un promedio de 6046 hombres muertos cada día en los cuatro años que duró la guerra. Aunque no es posible determinar a ciencia cierta el gigantesco saldo de víctimas, The New Encyclopaedia Britannica estima que tan solo el número de soldados muertos asciende a 8 500 000. 35 A consecuencia de esta guerra cayeron cuatro imperios –el alemán, el austrohúngaro, el ruso y el otomano– y tres grandes dinastías, los Hohenzollern, los Habsburgo y los Romanov. Confirmaba el final del Absolutismo Monárquico en Europa. Se calcula que la guerra produjo aproximadamente ocho millones de muertos y seis millones de discapacitados. Francia fue el país más afectado proporcionalmente: 1,4 millones de muertos y desaparecidos, equivalentes a un 10 % de la población activa masculina, acompañado por un déficit de nacimientos. El estancamiento demográfico francés se prolongó, con un envejecimiento de la población que sólo logró crecer con la inmigración. El norte francés estaba en ruinas: casas, puentes, vías férreas, fábricas, etc.

En el plano político, cuatro imperios autoritarios se derrumbaron, lo que transformó profundamente el mapa de Europa, rediseñado por el tratado de paz de 1919:

el Imperio del zar quedó transformado en la Rusia comunista (más tarde la URSS),
el Imperio otomano se disolvió dando paso a Turquía (península de Anatolia y Constantinopla),
el Imperio austrohúngaro fue disuelto dando paso a los Estados de Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia como nuevos países independientes,
el Imperio alemán finalizó y fue reemplazado por la República de Weimar, que gobernaría sobre una Alemania mermada territorial y económicamente por el pago de las reparaciones de guerra.

GUANO Y SALITRE

Guerra Del Guano y El Salitre


CAUSAS
Ambición británica por controlar la riqueza salitrera y guanera peruana y boliviana
Política expansionista chilena que lo lleve a controlar los territorios salitreros de Tarapacá y Atacama.

ANTECEDENTES
II da Revolución Industrial, siendo Inglaterra una de las mayores potencias industriales del  mundo, al lado de Alemania, Francia, y Estados Unidos, los cuales requieren de mercados económicos en los cuales obtener materia prima para sus industrias, a la vez que vender sus productos manufacturados.

Crisis económica en Perú, Bolivia y Chile antes de iniciar la guerra. Recordar que poco antes el Perú había tenido una etapa de gran bonanza económica producto del comercio guanero, situación que fue desaprovechada por la clase política peruana para promover un verdadero proyecto de desarrollo nacional, enfrascándose en escándalos de corrupción y despilfarro.

Ya durante el gobierno de Balta empezaron a sentirse los primeros síntomas de esta crisis, sin embargo será durante el civilismo de Pardo en que la situación se agrava, a tal punto que las finanzas públicas peruanas esta al borde de la bancarrota económica.

Es durante la década de los 70 que comienza a tener gran demanda mundial un recurso que se constituye en una importante fuente de riqueza: EL SALITRE. El Perú posee una de las regiones más productivas del preciado mineral en la meridional provincia litoral de Tarapacá, además que Bolivia también tiene ingentes yacimientos salitreros en su provincia litoral de Atacama. Estos yacimientos salitreros son explotados por empresas y consorcios privados de capitales británicos y chilenos, siendo éstos, los que obtienen los reales beneficios y utilidades de la explotación del mineral.

Ello representaba una amenaza real para Perú y Bolivia, en tanto que constituía una peligrosa penetración económica anglo-chilena en ambos países. A eso se suma que Chile, que por aquel entonces se hallaba en una grave situación económica y al carecer de recursos naturales para emprender su desarrollo, se verá en la necesidad de emprender una empresa de conquista que lo lleve a apropiarse -“por la razón o por la fuerza” como reza su lema nacional hasta hoy- de estos estratégicos recursos naturales y así conquistar mayor espacio vital.

Claro está que para ello, Chile contará con el firme respaldo político, económico y militar de la burguesía británica, que en el fondo de todo, es la principal interesada en obtener el control monopólico del estratégico recurso. No apoya al Perú ni a Bolivia, dado que estas repúblicas carecen de condiciones mínimas que garanticen sus inversiones (inestabilidad política, caudillismos, guerras civiles, políticas económicas estatizantes, entre otras). Inglaterra necesita seguridad para sus inversiones y esto le ofrece la burguesía chilena, que, además, tiene esbozado desde los inicios de su vida republicana un proyecto de hegemonía y dominio en el pacífico sudamericano (doctrina geopolítica portaliana), expresada en objetivos geopolíticos de expansión territorial hacia el norte (Bolivia-Perú) y hacia el este (Argentina).

La aventura expansionista chilena requiere de una sólida base militar, por ello se enfrascará en una carrera armamentista sin precedentes, apoyado claro está del industrialismo británico. Tanto su armada como su ejército estarán en condiciones de afrontar una guerra internacional, debido a la adquisición de buques acorazados y artillería de sofisticada tecnología. El armamentismo chileno se corona definitivamente cuando en 1874 y 1875 adquieren de Inglaterra los poderosísimos acorazados “Blanco Encalada” y Cochrane”, además de adquirir  letales cañones Krupp y Armstrong de tecnología alemana, con lo cual rompen el equilibrio militar en la región.

EL PRETEXTO:    
Estalla el conflicto

Aplicación por parte del gobierno boliviano de Hilarión Daza de un IMPUESTO DE 10 CENTAVOS por cada quintal de salitre explotado en su territorio. Esto provoca la indignación de la Compañía salitrera de Antofagasta de capitales chileno-británico, alegando que Bolivia estaba violando un decreto emitido en 1874 por el que se comprometía a no gravar con ningún impuesto a las empresas anglo-chilenas por un lapso de 25 años.

Chile desconoce este impuesto, frente a lo cual, el gobierno de Daza procede a reivindicar para Bolivia todas las salitreras y a expropiarlas de manos chilenas. En respuesta a ello, Chile invade militarmente el puerto boliviano de Antofagasta el 14 de febrero de 1879, ocupando al poco tiempo toda la provincia salitrera de Atacama, hecho que origina que Bolivia le declare la guerra a Chile el 1 de marzo de 1879.

En sí, esto fue solo un pretexto, fue el detonante que hizo que estallara el conflicto. Fue el momento que tanto había esperado Chile para lanzarse a su guerra de conquista y para la cual se había venido preparando concienzudamente desde años atrás. Es necesario resaltar además que el problema Chileno-boliviano ya venía de años atrás, y para ello es conveniente echar un vistazo a las tensas relaciones entre ambas naciones apenas unos años antes de producirse el conflicto:

Todo se inicia el 10 de Agosto de 1866, cuando el chilenófilo presidente boliviano Mariano Melgarejo, en una clara intención de favorecer a Chile, firmó el Tratado Muñoz-Vergara, por el que reconocía que el territorio chileno llegaba hasta el paralelo 24 de Latitud sur, vulnerando impunemente la soberanía boliviana. Así, la zona norte del paralelo 24 quedaba bajo tutela de Bolivia, sin embargo se hacia la concesión de que los productos extraído entre los paralelos 23º al 25º podían ser repartidos  entre ambas naciones. Sin embargo, al caer Melgarejo del poder, el nuevo gobierno boliviano desconoció el tratado, firmándose otro en 1872, el llamado Tratado Linsay – Corral.

Frente a la codicia chilena por parte de sus compañías salitreras, se volvió a firmar otro tratado en 1874 por el que Chile quedaba exonerado del pago de impuestos por un lapso de 25 años. Pero ocurrió que en 1878, Hilarión Daza luego de tomar el poder en Bolivia por un golpe de Estado, promulgó la mencionada ley que gravaba con un impuesto de diez centavos a todo quintal de salitre exportado por el puerto de Antofagasta. Lo demás es historia conocida.





MEDIACIÓN PERUANA:
La Misión Lavalle 
Frente a la tensa situación en el sur, el gobierno peruano de Mariano Ignacio Prado envía a su Ministro de Relaciones Exteriores José Antonio de Lavalle para mediar en el litigio entre Bolivia y Chile. Su misión era lograr un arreglo pacífico y amistoso entre ambas naciones. Al llegar a Santiago, y después de un recibimiento hostil por parte de un populacho excitado y enardecido, Lavalle entablará negociaciones con los representantes del gobierno chileno proponiéndoles la administración protectoral de Chile, Perú y Bolivia en la zona en conflicto, propuesta que fue rechazada por Chile.

Es allí, donde los chilenos le emplazan al plenipotenciario peruano la existencia del Tratado secreto con Bolivia, alegando que este ponía en riesgo su seguridad y soberanía, conminándolo a desistir de participar en un asunto que era exclusivamente de carácter bilateral. Se plantea que al estar el Perú involucrado en un alianza con una de las partes en conflicto, no estaba en condiciones de mediar entre ambas, por tanto, el Perú debía mantenerse al margen de ello, o, de lo contrario, se iba a ver involucrado en el conflicto. Era un ultimátum, y como todos sabemos, el Perú decidió respetar su compromiso defensivo con Bolivia, viéndose arrastrado de este modo a una guerra que nunca provocamos. Frente a la decisión peruana, Chile nos declara la guerra el 5 de abril de 1879.

COMBATE DE IQUIQUE: 21 de Mayo 1879.
La flota chilena que bloquea Iquique se enfrenta a la flota peruana. La fragata Independencia comandada por Moore al perseguir a la Covadonga encalla en un arrecife a la altura de Punta Gruesa, siendo los naúfragos peruanos acribillados por los chilenos.  En tanto el Huáscar comandada por Miguel Grau se enfrenta a la Esmeralda comandada por Arturo Pratt lográndola hundir.





COMBATE DE ANGAMOS: 08 de Octubre 1879.
Al amanecer el 08 de octubre, entre Mejillones y Antofagasta, el Húascar y la Unión fueron vistos por las naves chilenas, Blanco Encalada, Covadonga y Matías Cousiño. Cuando estaban por burlar este peligro aparecieron otras naves Chilenas, el Cochrane, O´Higgnis y el Loa. Casi al iniciar la lucha una granada del Blanco Encalada reventó la torre de mando del Húascar muriendo Grau despedazado, igual suerte corrió su ayudante Diego Ferre, también murió el capitán de Corbeta Elias Aguirre, sucesor del mando.

Los que sucedieron en el comando, José Melitón Rodríguez y Enrique Palacios sucumbieron en el combate, así como Melitón Carvajal y Pedro Garezón, el cual al ver que todo estaba perdido ordena abrir las válvulas del célebre monitor, hecho que será evitado por los chilenos al abordar la nave y ordenar trasladarlo como trofeo de guerra a Chile. Hoy, nuestro buque insignia aun se encuentra en manos mapochinas esperando el momento de reivindicarlo como nuestra.


Dictadura de Piérola

Vigencia: del 22 de diciembre de 1879 a Febrero de 1881.
Reunió en sus manos todo el Poder dictatorial, suspendiendo la Constitución de 1860 y promulgando el Estatuto provisorio de 1879 para legalizar los actos de la Dictadura.

El Estatuto de Piérola constaba de 12 artículos, creaba un congreso de Estado compuesto por el Arzobispo de Lima, el presidente del Congreso de Juristas, el Presidente de la Corte Suprema, el Presidente del Tribunal Mayor de Cuentas, el Prior del consulado y el Rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue suprimido el año 1881 por García Calderón, restableciendo la Constitución de 1860.

Política Militar: Piérola desconfiaba de Lizardo Montero al cual consideraba un poderoso enemigo, además sabía la animadversión que tenía el ejército del sur hacia su persona, ello es que desamparó a los oficiales que luchaban en el sur. Cambió cuadros del ejército colocando a inexpertos oficiales y a ineptos aduladores que le eran adeptos, hecho que explica porque los chilenos destrozaron más tarde sus líneas defensivas de Lima.

Estábamos en plena guerra, nuestro territorio era invadido y Piérola sólo piensa en aferrarse al poder, sembró desconfianza, creo desunión, formo el segundo ejército del sur al mando de su adicto Segundo Leiva y formado en su mayoría por Pierolistas que deberían  defenderlo en caso lo quieran derrocar. Piérola siempre ambicionó la presidencia y ahora que había llegado el momento quería aferrarse a toda costa en él.

6.2.1.2. Campaña de Tacna y Arica: 1880.
Batalla de los Angeles: 22 de Marzo de 1880

Los Chilenos al mando de Baquedano, desembarca en Ilo y derrotan a los peruanos dirigidos por Andrés Gamarra.

Batalla del Alto de la Alianza: 26 de Mayo 1880
En la meseta de Intiorco (Tacna) Baquedano vence a los aliados  dirigidos por Campero y apoyado por Montero, Cáceres, Bermudez y Víctor Fajardo.

Rendición Boliviana y retiro de la guerra.
Batalla de Arica: 07 de junio de 1880
Heroica defensa de la Plaza y Morro de Arica por parte de Francisco Bolognesi y sus Oficiales.

Dos días antes de la batalla, los chilenos enviaron al mayor Juan de la Cruz para entrevistarse con Bolognesi y pedirle pidió la rendición y entrega de la Plaza de Arica, dada la enorme superioridad numérica y bélica de los chilenos. El pedido fue denegado, dando Bolognesi su inmortal respuesta: “Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”.

Teodoro Elmore fracasó en la misión del minado del Morro

Los peruanos con Bolognesi, Ugarte, Inclán, Arias Aragues y Moore sucumbieron ante los hombres de Lagos y Baquedano. La orden chilena fue “hoy día no hay prisioneros”, y los chilenos aplicaron el infame “REPASE” a todos los heridos, solo salvándose los prisioneros extranjeros, entre ellos el argentino Roque Saenz Peña, quien más tarde llegaría a ser Presidente de Argentina y relataría las atrocidades de los chilenas en aquella sangrienta jornada.

El saldo de esta batalla para el Perú fue de 1300 muertos y 500 prisioneros.
Para variar, el Coronel Pedro Leiva nunca llegó a reforzarlos, consumándose la traición pierolista. Con esto el Perú perdía todo el sur.

 LA INFAME EXPEDICIÓN LYNCH: Septiembre de 1880
Luego de destrozado el ejército del sur, se produjeron bombardeos a puertos como el Callao, Chorrillos, Ancón y Chancay. Antes de invadir la capital, el gobierno chileno decide enviar en Setiembre de 1880 una expedición destructiva al norte del Perú dirigida por Patricio Lynch.

El objetivo de esta expedición es destrozar el aparato productivo peruano, postrar al Perú en la más absoluta miseria, y no poder recuperarse del golpe por muchas décadas. Esta expedición vandálica es ejecutada con maestría por Lynch, quien luego de bombardear puertos, quemar haciendas, matar, violar, entre otras atrocidades cometida por la soldadesca rapiñesca chilena, retorna a Chile con la misión de prepara el golpe final contra la capital.

En Arica a bordo de la embarcación norteamericana “Lackawana” y con la mediación de los EE.UU. se reunieron los países en conflicto, buscando firmar la paz, a la que no se llegó porque el Perú se negó a aceptar las condiciones Chilenas, consistentes en la entrega a perpetuidad de la provincia salitrera de Tarapacá, la retención de Arica, Tacna y Moquegua y el pago de una indemnización por S/. 20’000,000. La participación norteamericana en el conflicto obedeció a los intereses norteamericanos de evitar ser desplazado por Inglaterra y otros países europeos en América.


LA CAMPAÑA DE LIMA: 1881 – 1883
Heroica defensa de la capital por parte de las Milicias urbanas (población civil), mal preparadas, mal armadas y en inferioridad numérica. Destaca el inadecuado plan de defensa de Piérola al colocar 2 líneas defensivas en San Juan y Miraflores.

Batalla de San Juan: 13 de enero de 1881. Los Chilenos se lanzaron el ataque con Lagos, Sotomayor y Lynch sobre la defensa peruana de Iglesias, Cáceres y Pastor Dávila. Victoriosos los chilenos, avanzaron hacia Chorrillos y Barranco quemaron haciendas, saquearon, voilaron y asesinaron gente inocente. Se entregaron a la más desenfrenada borrachera, colocándose en situación vulnerable ante un posible ataque por sorpresa de los peruanos, hecho que no fue aprovechado por Piérola, a pesar de que Cáceres y Canevaro  le instaron a tomar por asalto el campamento chileno.

Batalla de Miraflores: 15 de Enero de 1881. El General Baquedano derrotó a los peruanos  al mando de Cáceres. El 17 de Enero de 1881 los Chilenos ocuparon Lima. Lima se salvó de la destrucción total gracias a la intervenció, del Almirante francés Abel Du Petit Thouars. PETIT THOUARS, Almirante francés al mando del victoreuse se hallaba con la escuadra Francesa en los mares del Pacífico, en Lima la Hermana Francesa Pagget le pidió que interceda para que no destruyan Lima. Al negarse Baquedano a garantizar el respeto por la capital, Petit Thouars lo amenazó con destruir sus naves en el Callao. Ante ello, Baquedano garantizó la integridad de Lima pero exigió:

El 17 de Enero las tropas  chilenas ingresaron a la ciudad, Lynch fue nombrado jefe de la ocupación. Chile humilló a Lima, izaron la bandera Chilena en Palacio de Gobierno, se llevaron todos los libros de la Biblioteca Nacional, destruyeron la Escuela de Medicina de San Fernando, asaltaron el Palacio de la Exposición robándose el hermosísimo reloj de Pedro Ruiz Gallo y todo lo de valor que encontraron en la antigua ciudad de los Virreyes. Fue uno de los golpes más duros y  humillantes que los chilenos nos infligieron. Las últimas naves peruanas; el Atahualpa, La Unión, el Oroya, el Rímac y el Talismán prefirieron hundirse antes que caer en manos chilenas.

Hechos Posteriores: Piérola al ver perdida la capital huye por el valle del Chillón  atravesando la cordillera y llegando a Huancayo, para luego dirigirse a Ayacucho, convocar a un Congreso y renunciar al mando supremo. ¡Increíble pero cierto!. En el colmo de su pusilanimidad, este felón llega a Lima, y luego de entrevistarse con Patricio Lynch, jefe de la ocupación de Lima, terminará su brillante “participación” en la guerra viajando al extranjero con pasaporte chileno.

En febrero de 1881, una junta de notables nombró presidente a Francisco García Calderón, denominándose su régimen con el nombre de “Gobierno de la Magdalena”. Fue presionado por los chilenos para firmar la paz cediendo territorios, al negarse fue deportado a  Chile.





 LA CAMPAÑA DE LA BREÑA: 1881 - 1883
Brillante campaña dirigida por el gran Andrés Avelino Cáceres, el “titán de la Breña”, apodado por sus travesías en la sierra como “el Brujo de los Andes”.

Fue una verdadera guerra de guerrillas, una guerra irregular, una guerra de desgaste para los chilenos. Cáceres con un ejército irregular compuesto por las indomables y valerosas guerrillas de Montoneros indios le infligieron a los chilenos severas derrotas a lo largo de tres años de infatigable resistencia que dejó en alto el honor nacional y que de no haber sido traicionado por altos oficiales peruanos como Miguel Iglesias y Lizardo Montero, la lucha hubiera sido coronado con el éxito final. Tributo para aquellos héroes anónimos que sin la adecuada preparación militar y en inferioridad bélica supieron hacer frente a un enemigo en teoría invencible. Tributo para aquellas hermosas mujeres que serena y estoicamente sufrieron al lado de sus compañeros los rigores de esta infausta guerra, mujeres a las cuales, la infame oligarquía traidora las endilgó el epíteto despectivo de “rabonas”.

Las principales correrías de Cáceres se produjeron en el Valle del Mantaro. Entre las principales batallas libradas durante esta campaña podemos señalar a las siguientes:

Batalla de Sangrar: 26 de junio de 1881. Victoria peruana
Batalla de Pucará: 5 de febrero de 1882. Batalla que fue ganada por los montoneros en minutos. Los chilenos huyeron dejando sus municiones y pertrechos de Guerra.
Batalla de Marcavalle: 09 de julio de 1882
Batalla de Concepción: 09 de julio de 1882. Los chilenos fueron derrotados  pereciendo al final toda su guarnición.
Batalla de San Pablo: 13 de julio de 1882. Victoria de Miguel Iglesias en Cajamarca sobre los chilenos.

INVASIÓN ECUATORIANA AL PERÚ: Increíblemente,  aprovechando la grave situación por la que atravesaba el Perú, a fines de 1882 fuerzas ecuatorianas invadieron territorio peruano por el río Coca que era afluente del Napo en Loreto.

CAÍDA DE CÁCERES:  HUAMACHUCO
Cáceres y sus montoneras son derrotados por los chilenos dirigidos por Gorostiaga en Huamachuco el 10 de julio de 1883. Esta batalla que ya la teníamos ganada, increíblemente la perdimos por que en el momento final, cuando el ejército chileno ya se retiraba derrotado, se terminaron las municiones y los chilenos al darse cuenta de ello, aprovecharon la situación para desatar una verdadera carnicería contra nuestros indómitos montoneros. Cáceres estuvo a punto de ser capturado, pero protegido por sus fieles y leales partidas guerrilleras logró escapar y fugar con dirección hacia la sierra central, llegando a Jauja y luego a Andahuaylas. Entre los prisioneros de Huamachuco estaba Leoncio Prado, hijo del traidor Mariano Ignacio Prado, el cual será fusilado por los chilenos.

FIN DE LA GUERRA:  EL TRATADO DE ANCÓN
Lesivo y humillante tratado firmado entre Perú y Chile el 20 de octubre de 1883 para poner fin al conflicto que los había enfrentado desde 1879 y 1883.
Representado al Perú estuvo el Ministro de Relaciones Exteriores del regimen José Antonio de Lavalle y por Chile el plenipotenciario Jovino Novoa.

Estipulaba:
El Perú cede a Chile a perpetuidad los territorios comprendidos entre el río Loa y la Quebrada de Camarones, es decir, toda la rica provincia salitrera de Tarapacá.

También cedía temporalmente por un periodo de 10 años los territorios ubicados entre la quebrada de Camarones y el río Sama, es decir Arica y Tacna, al término del cual, un plebiscito en ambos lugares decidiría en definitiva su nacionalidad, el país beneficioso le pagaría al otro la suma de diez millones.

Además se estipulaba el pago por parte del Perú de una onerosa indemnización económica.

CONSECUENCIAS
Grave y de trágicas proyecciones fue para el Perú fue la guerra y de nefasta consecuencia de las cuales enumeramos:

- La pérdida de Tarapacá con toda su riqueza salitrera
- La pérdida del ingente capital humano en los tres años de guerra.
- Pérdida de valiosos objetos de ciencia,  artes,  literatura llevados como botín de guerra.
- Pérdida de dinero que se llevó a Chile en cupos, impuestos y exoneraciones
- Destrucción del aparato productivo, evidenciado en la destrucción de haciendas, puertos, industrias, vías férreas.
- Ruina financiera y pérdida de nuestro crédito externo.
- Destrucción de nuestra flota naval tanto de la marina de guerra como de los barcos mercantes.

-Depreciación de nuestra moneda.

-Saqueo de nuestros principales centros de cultura, entre ellos podemos mencionar a la Universidad de San Marcos, la escuela de Medicina de San Fernando, la Biblioteca Nacional del cual se llevaron los chilenos valiosas joyas bibliográficas y documentos históricos.

- Profunda crisis y declive espiritual, traumático decaimiento ciudadano y dolor profundo por el trastorno y hundimiento  del país.