La historia del descubrimiento científico del cambio
climático se inició a principios del siglo XIX cuando se sospechó por primera
vez de las épocas glaciares y otros cambios naturales en el paleoclima, y se
identificó el efecto invernadero natural. A finales del siglo XIX, los
científicos ya argumentaron que las emisiones humanas del efecto invernadero
podrían cambiar el clima, pero los cálculos fueron cuestionados. Muchas otras
teorías del cambio climático estaban más avanzadas, involucrando fuerzas que
iban desde el [vulcanismo]hasta la variación solar.
Durante los años 70, la opinión de los científicos estaba
cada vez más a favor de los puntos de vista del calentamiento. Para los años
90, como resultado de las mejoras de la fidelidad de los modelos informáticos y
del trabajo observacional que confirma la teoría de Milankovitch de las épocas
glaciares, se llegó al consenso de que el efecto invernadero estuvo involucrado
en la mayoría de los cambios climáticos y las emisiones humanas traían serios
problemas de calentamiento global. Desde entonces, la mayoría de los trabajos
científicos han sido orientados a la producción de informes del Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.
Cambios regionales, desde la antigüedad hasta el siglo
XIX
Desde tiempos antiguos, la gente sospechaba que el clima de
una región podría cambiar a lo largo del curso de los siglos. Por ejemplo,
Teofrasto, un pupilo de Aristóteles, dijo cómo el desagüe de los pantanos había
hecho a una localidad en particular más susceptible a la congelación y especuló
que los suelos se hacían más calientes cuando la deforestación de los bosques
los exponía a la luz solar. Los académicos del Renacimiento y de épocas más
recientes vieron que la deforestación, la irrigación y el pasto habían alterado
los suelos alrededor del Mediterráneo desde tiempos antiguos. Ellos pensaron
que era verosímil que estas intervenciones humanas hayan afectado al clima
local.1 2
El cambio más llamativo vino en los siglos XVIII y XIX,
manisfestándose dentro de un solo período de vida: la conversión del Este de
Norteamérica de bosques a tierras de cultivo. Para los inicios del siglo XIX
muchos creyeron que la transformación estaba alterando el clima de las regiones
- probablemente para mejor. Cuando los granjeros tomaron las Grandes LLanuras
les habían dicho que "la lluvia sigue al arado".3 No todos estuvieron
de acuerdo. Algunos expertos reportaron que la deforestación no solo causaba
que la escorrentía se diera más rápido y causara inundaciones inútiles, pero
que reducía la cantidad de lluvia en si. Algunos profesores europeos, atentos a
alguna prueba de que sus naciones eran más sabias que las otras, aclamaron que
los Orientales del Antiguo Cercano Oeste habían convertido descuidadamente sus
una vez tierras exuberantes en desiertos empobrecidos.4
Mientras tanto, agencias nacionales del clima han iniciado a
compilar masas de observaciones confiables de temperatura, precipitaciones y
similares. Cuando las figuras fueron analizadas mostraron muchas subidas y
bajadas, pero un cambio no constante a largo plazo. Para los finales del siglo
XIX, la opinión de los científicos había cambiado decisivamente en contra de
cualquier creencia de influencia humana en el clima. Considerando los efectos
regionales, pocos imaginaban que los seres humanos podrían afectar el clima del
planeta en conjunto.4
Cambios del paleoclima y teorías de sus causas en el siglo
XIX
Bloque errático, rocas depositadas por glaciares lejos de
glaciares existentes, ha llevado a los geólogos a la conclusión de que el clima
ha cambiado en el pasado.
Artículos principales: Paleoclimatología, Glaciación y
Efecto invernadero.
Antes del siglo XVIII, los científicos no habían sospechado
que los climas prehistóricos eran diferentes a los del periodo moderno. A
finales del siglo XIX, los geólogos hallaron evidencias de una sucesión de
Escala temporal geológica con cambios en el clima. Había varias teorías
compitiendopara explicar el origen de estos cambios y James Hutton, cuyas ideas
de cambio cíclico por un largo periodo de tiempo fueron posteriormente fue
apodadas uniformismo, estaba entre aquellos que hallaron signos de actividad
glacial pasada en lugares muy calientes para los glaciares en tiempos
modernos.5
En 1815, Jean-Pierr Perraudin describe por primera vez como
los glaciares podrían ser responsables de las rocas gigantes vistas en los
valles alpinos. Mientras excursionaba en el Val de Bagnes se dio cuenta de
rocas gigantes de granito que fueron dispersadas alrededor del estrecho valle.
Sabía que le tomaría una fuerza excepcional mover tales grandes rocas. También
observó como los glaciares dejaban rayas en el suelo y concluyó que fue el
hielo que había llevado las rocas hacia lo profundo de los valles.6
Su idea fue recibida inicialmente con incredulidad. Jean de
Charpentier escribió:"encuentro su hipótesis tan extraordinaria y aun así
tan extravagante que considero que no vale la pena examinarla ni incluso
considerarla".7 A pesar del rechazo inicial de Charpentier, Perraudin
eventualmente convenció a Ignaz Venetz de que podría valer la pena estudiarla.
Venetz convenció a Charpentier, quien en cambio convenció al científico
influyente Louis Agassiz de que la teoría glacial tenía mérito.6
Agassiz desarrolló una teoría de lo que el llamó
"Glaciación" — cuando los glaciares cubrieron Europa y una gran parte
de Norte América. En 1837 Agassiz fue el primero en proponer científicamente
que la Tierra había sido objeto de una glaciación pasada.8 William Buckland había
guiado los intentos en Gran Bretaña de adaptar la teoría geológica del
catastrofismo para tener en cuenta a las rocas erráticas y otro
"diluvio" como reliquias del Diluvio Universal. A esto se opuso
fuertemente la versión de Charles Lyell del uniformismo de Hutton y fue
gradualmente abandonada por Buckland y otros geólogos catastrofistas. Una
salida de campo al los Alpes con Agassiz en octubre de 1838 convenció a
Buckland de que los rasgos en Gran Bretaña habían sido causados por la
glaciación y ambos el y Lyell apoyaron fuertemente la teoría de la glaciación
la cual fue ampliamente aceptada en los años 1870.5
En el mismo periodo general que los científicos sospecharon
por primera vez el cambio climático y la glaciación, Joseph Fourier en 1824,
encontró que la atmósfera de la tierra mantenía al planeta más caliente de lo
que sería en el caso de un vacío, e hizo los primeros cálculos del efecto del
calentamiento. Fourier reconoció de que la atmósfera transmitía ondas de luz
visible de manera eficiente a la superficie de la tierra. La tierra luego
absorbió la luz visible y emitió radiación infrarroja como respuesta, pero la
atmósfera no transmitía la radiación infrarroja de manera eficiente, lo cual
por lo tanto incrementó la temperatura de la superficie. El también cuestionó
que las actividades humanas pudieran influenciar en el clima, aunque
principalmente se enfocó en los cambios del uso del suelo. En 1827 el documento
de Fourier expresó, "La fundación y progreso de las sociedades humanas, la
acción de las fuerzas naturales, pueden cambiar notablemente y en regiones
vastas, el estado de la superficie, la distribución del agua y los grandes
movimientos del aire. Tales efectos son capaces de hacer variar, en el curso de
muchos siglos, el grado promedio del calor; debido a que las expresiones
analíticas contienen coeficientes que se relacionan con el estado de la superficie
y el cual influye en gran medida a la temperatura."9
John Tyndall tomó un paso más allá del trabajo de Fourier's
en 1864 cuando investigó la absorción de la radiación infrarroja en diferentes
gases. Encontró que el vapor de agua, hidrocarburos como el metano (CH4), y el
dióxido de carbono (CO2) bloquean fuertemente la radiación.10 11 Algunos
científicos sugirieron que la glaciación y otras grandes cambios del clima eran
debido a los cambios en la cantidad de gases emitidos en el vulcanismo . Pero eso
era una de las tantas causas posibles. Otra posibilidad notable era la
variación solar. Los cambios en las corrientes oceánicas podrían explicar
también muchos cambios climáticos. Por cambios a lo largo de millones de años,
la elevación y descenso de los rangos de las montañas podrían cambiar los
patrones de los vientos y las corrientes oceánicas. O quizás el clima de un
continente no ha cambiado en absoluto, pero si ha aumentado en más caliente o
más frío debido al desplazamiento polar verdadero (el cambio del Polo Norte
hacia donde el Ecuador ha estado o lo similar) Había docenas de teorías.
Por ejemplo, a mediados del siglo XIX, James Croll
publicaron los cálculos de como las fuerzas gravitacionales del sol, la luna y
los planetas afectan sutilmente el movimiento y orientación de la Tierra. La
inclinación del eje de la Tierra y la forma de su órbita alrededor del sol
oscila gradualemente en ciclos que duran decenas de miles de años. Durante
algunos periodos el Hemisferio Norte obtendría ligeramente menos luz solar
durante el invierno de lo que obtendría durante otros siglos. La nieve se
acumularía, reflejando la luz del sol y conduciendo hacia una glaciación
auto-sostenible.7 12 La mayoría de los científicos, sin embargo, hallaron las
ideas de Croll y toda otra teoría del cambio climático poco convincente.
Los primeros cálculos del cambio climático inducido por el
hombre, 1896
En 1896 Svante Arrhenius cálculo el efecto de la duplicación
del dióxido de carbono atmosférico como resultado de un incremento de la
temperatura de superficie de 5-6 grados Celsius.
A finales de los años 1890, el científico americano Samuel
Pierpont Langley había intentado determinar la temperatura de la superficie de
la Luna midiendo la radiación de infrarrojo que sale de la luna y llega a la
tierra.13 El ángulo de la luna en el cielo cuando un científico tomó una medida
determinó cuanto CO2 y vapor de agua la radiación lunar tenía que atravesar
para llegar a la superficie de la Tierra, dando como resultado medidas más débiles
cuando la Luna estaba baja en el cielo. Este resultado fue poco sorprendente
dado que los científicos sabían acerca del espectro de absorción desde hace
décadas.
Un científico sueco, Svante Arrhenius utilizó la observación
de Langley sobre la absorción aumentada de infrarrojo donde los rayos lunares
pasan a través de la atmósfera a un ángulo bajo, encontrando más dióxido de
carbono (CO2), para estimular un efecto de enfriamiento atmosférico a partir de
una disminución futura de CO2. Él se dio cuenta de que la atmósfera más fría
retendría menos vapor de agua (otro efecto invernadero) y calculó el efecto de
enfriamiento adicional. También se dio cuenta que el enfriamiento aumentaría la
nieve y la cubierta de hielo en altas latitudes, haciendo que el planeta
refleje más luz solar y así promover el enfriamiento, como James Croll había
propuesto. En general Arrhenius calculó que cortando el CO2 por la mitad sería
suficiente para producir una glaciación. El además calculó que una duplicación
del CO2 atmosférico daría un total de calentamiento de 5-6 grados Celsius.
Mientras tanto, otro científico sueco, Arvid Högbom, había
estado intentando cuantificar fuentes naturales de emisión de CO2 con el
propósito de entender el ciclo del carbono global. Högbom encontró que el
estimado de la producción de carbón de fuentes industriales en los años 1890
(principalmente de combustión de carbón) eran comparables con la de las fuentes
naturales.14 Arrhenius vio que esta emisión humana de carbono llevaría
eventualmente al calentamiento. Sin embargo, debido a la tasa relativamente
baja de producción de CO2 en 1896, Arrhenius pensó que el calentamiento tomaría
miles de años, y suponía que sería beneficioso para la humanidad.14 15
Los Paleoclimas y las manchas solares, inicios de los años
1900 a 1950
Los cálculos de Arrhenius fueron puestos en disputa y
subsumidos dentro de un debate más amplio sobre si los cambios atmosféricos
habían causado las edades de hielo. Intentos experimentales para medir la
absorción de infrarrojo en el laboratorio parecieron demostrar pequeñas
diferencias como resultado del incremento de los niveles de CO2, y también
hallaron una coincidencia significativa entre la absorción por CO2, y la
absorción por vapor de agua, todos los cuales sugirieron que el incremento de
las emisiones de dióxido de carbono tuvieran un pequeño efecto climático. Estos
primeros experimentos resultaron posteriormente ser insuficientemente precisos,
dado a la instrumentación de la época. Muchos científicos también pensaron que
los océanos absorberían rápidamente cualquier exceso de dióxido de carbono.14
A otras teorías sobre las causas del cambio climático no les
fue mejor. Los principales avances se dieron en la paleoclimatología
observacional, cuando los científicos en varios campos de la geología
trabajaron en métodos para revelar climas antiguos a partir de sedimentos, las
reliquias de antiguos lagos y orillas de mar y otros. Un astrónomo de Arizona,
Andrew Ellicott Douglass, vio fuertes indicaciones de cambio climático en tres
anillos. Notando que los anillos eran más delgados en años secos, reportó
efectos climáticos de las variaciones solares, particularmente en conexión con
la escasez de manchas solares el siglo XVII (el mínimo de Maunder) notado
previamente por William Herschel y otros. Otros científicos, sin embargo,
hallaron una buena razón para dudar que tres anillos pudieran revelar alguna
cosa más allá que variaciones regionales aleatorias. El valor de tres anillos
para el estudio del clima no fue sólidamente establecido hasta los años 1960.16
17
A través de los años 1930 el defensor más persistente de una
conexión solar con el clima fue el astrofísico Charles Greeley Abbot. A inicios
de los años 1920, había concluido que la constante solar fue mal llamada: sus observaciones
demostraron grandes variaciones, las cuales conectó con las manchas solares
pasando a través de la cara del Sol. El y algunos otros buscaron el tema en los
años 1960. convencidos de que las variaciones de las manchas solares eran una
causa principal del cambio climático. Otros científicos eran escépticos.16 17
No obstante, intentos de conectar el ciclo solar con los ciclos climáticos
fueron populares en los años 1920 y 1930. Respetados científicos anunciaron
correlaciones que insistían eran lo suficientemente fiables para hacer
predicciones. Tarde o temprano, cada predicción falló, y el tema cayó en
desprestigio.18
Mientras tanto el ingeniero serbio Milutin Milankovitch,
basándose en la teoría de James Croll mejoró los cálculos tediosos de las
diferentes distancias y ángulos de la radiación solar mientras el Sol y la Luna
perturbaban gradualmente la órbita de la Tierra. Algunas observaciones de las
varvas (capas vistas en el lodo cubriendo el fondo de los lagos) igualaron la
predicción del ciclo de Milankovitch que duraron alrededor de 21,000 años. Sin
embargo, la mayoría de los geólogos descartaron la teoría astronómica. Para
ellos la medida del tiempo de Milankovitch no podría encajar con la secuencia
aceptada, la cual solo tenía cuatro edades de hielo, todas ellas mucha más
largas que 21,000 años.19
En 1938 un ingeniero británico, Guy Stewart Callendar,
intentó revivir la teoría del efecto invernadero de Arrehnius. Callendar
presentó evidencia de que ambas, la temperatura y el nivel de CO2 en la
atmósfera había estado incrementando durante el último siglo, y argumentaron de
que nuevas medidas espectroscópicas demostraron que el gas era efectivo en la
absorción de infrarrojo en la atmósfera. No obstante, la mayoría de las
opiniones de los científicos continuaron en disputar o ignorar la teoría.20
La preocupación crece: 1950-1960

En 1955, el análisis de los isótopos de Carbono-14 de Hans
E. Suess demostró que el CO2 liberado por los combustibles fósiles no era
absorbido inmediatamente por el océano. In 1957, una mejor comprensión de la
química de los océanos llevó a Roger Revelle a descubrir que la capa
superficial del océano tenía una capacidad limitada de absorción de dióxido de
carbono.21 A finales de los años cincuenta, más científicos argumentaban que
las emisiones del dióxido de carbono podrían ser un problema e incluso algunos
proyectaban en 1959 que para el 2000, los niveles de CO2 habrían aumentado un
25%, causando efectos potencialmente radicales en el clima.14 En el año 1960,
Charles David Keeling demostró que el nivel de CO2 en la atmósfera se estaba
elevando realmente, tal como Revelle lo había predicho. La preocupación
aumentaba año tras año debido al aumento de la Curva Keeling, que refleja la
concentración del CO2 en la atmósfera.
Otro indicador del cambio climático surgió a mediados de la
década de 1960, de los análisis de los núcleos de aguas profundas realizados
por Cesare Emiliani y de los estudios de los corales antiguos, que realizaron
Wallace Smith Broecker y sus colaboradores. En lugar de cuatro edades de hielo
largas, descubrieron una gran cantidad de periodos de glaciación más cortos en
secuencia regular. Los resultados indicaban que el momento en que las
glaciaciones ocurrieron estuvo determinado por pequeños cambios orbitales de
los ciclos de Milankovitch. Mientras que el tema seguía siendo polémico, algunos
científicos comenzaron a sugerir que el sistema climático es sensible a los
cambios pequeños y puede cambiar fácilmente de un estado estable a uno
distinto.19
Mientras tanto, los científicos comenzaron a usar
computadores para desarrollar versiones más sofisticadas de los cálculos de
Arrhenius. En 1967, aprovechando la capacidad de los equipos digitales de
integrar numéricamente las curvas de absorción, Syukuro Manabe y Richard
Wetherald hicieron el primer cálculo detallado del efecto invernadero, incluyendo
la convección (el "modelo radiativo convectivo unidimensional de Manabe y
Wetherald ").22 23 Manabe y Wetherald descubrieron que, en ausencia de
regeneraciones desconocidas tales como cambios en nubes, la duplicación de los
niveles de dióxido de carbono actuales daría lugar al aumento de
aproximadamente 2 °C en la temperatura global.
En los años sesenta, la contaminación en aerosol (esmog) se
había convertido en un problema local serio en muchas ciudades y algunos
científicos comenzaron a considerar si el efecto de enfriamiento de las
partículas en suspensión podía afectar las temperaturas globales. Los
científicos no estaban seguros si predominaría el efecto de enfriamiento de las
partículas contaminantes o el efecto de calentamiento de las emisiones de gas
invernadero, pero de todas formas, se comenzó a sospechar que las emisiones
humanas podrían ser perjudiciales para el clima en el siglo XXI, o tal vez
antes. En su libro "La explosión demográfica" de 1968, Paul R.
Ehrlich escribió: "ahora, el efecto invernadero se está acentuando por los
niveles grandemente incrementados de dióxido de carbono... [esto] está siendo
contradicho por las nubes bajas generadas por las estelas de vapor, el polvo, y
otros contaminantes… En este momento no podemos predecir cuáles serán los
resultados climáticos generales de el uso de la atmósfera como
basurero".24
Los científicos predicen cada vez más el calentamiento: años
setenta
Anomalías en la temperatura media durante el período de 1965
a 1975 con respecto a las temperaturas medias desde 1937 hasta 1946. Este
conjunto de datos no estaba disponible en ese entonces.
Artículo principal: Enfriamiento global
A principios de los años 70, la evidencia de que el aerosol
estaba aumentando por todo el mundo llevo a Reid Bryson y a otros a advertir
sobre la posibilidad de un enfriamiento severo. Mientras tanto, la nueva
evidencia de que el momento en el que se produjeron las edades de hielo fue
determinado por ciclos orbitales previsibles sugirió que el clima se enfriaría gradualmente,
durante miles de años. Sin embargo, durante el siglo siguiente, un vistazo
general a la literatura científica a partir de 1965 hasta 1979 mostraba que 7
artículos predecián el enfriamiento y 44 el calentamiento (muchos otros
artículos sobre el clima no hicieron ninguna predicción; los artículos que
predecian el calentamiento fueron citados mucho más a menudo en la literatura
científica posterior.25 Varios paneles científicos a partir de este período
concluyeron que se necesitaba más investigación para determinarsi el
calentamiento o el enfriamiento era probable, lo que indicaba que la tendencia
en la literatura científica no había llegado todavía a un consenso.26 27 28
Los principales medios de comunicación de ese entonces
exageraron las advertencias de la minoría que predecía un enfriamiento
inminente. Por ejemplo, en 1975, la revista Newsweek publicó una historia que
advertía sobre "signos inquietantes de que los patrones del clima de la
tierra han comenzado a cambiar".29 El artículo continuaba indicando que la
evidencia del enfriamiento global era tan contundente que los meteorólogos
tenían "dificultades para mantenerse al día con ella"29 El 23 de
octubre de 2006, Newsweek publicó una actualización que indicaba que había
estado "terriblemente equivocada sobre el futuro a corto plazo".30
En los dos primeros informes para el Club de Roma: Los
límites del crecimiento de 197231 y La Humanidad en la Encrucijada de 1974,32
ya se mencionaron los cambios climáticos causados por el hombre debido al aumento
del CO2 así como al calor residual. John Holdren escribió en un estudio sobre
el calor residual33 que fue citado en el primer informe, “… que la
contaminación termal global es apenas nuestra amenaza ambiental más inmediata.
Sin embargo, podría ser la más inexorable si somos lo suficientemente
afortunados para evadir el resto. ” Ciertos estimados sencillos a escala
mundial34 que han sido actualizados recientemente35 y confirmados por cálculos
de modelos más refinados36 37 mostraron contribuciones considerables del calor
residual al calentamiento global después del año 2100, si no disminuían los
niveles de crecimiento (por debajo del 2% promedio que se producía desde
1973)..
La evidencia del calentamiento global aumentaba. Antes de
1975, Manabe y Wetherald habían desarrollado un modelo global del cima
tridimensional que proporcionó una representación casi exacta del clima de la
época. El doble de la cantidad de CO2 en el modelo de la atmósfera dio como
resultado una subida un aumento de 2 °C aprox. en la temperatura global.38
Varias otras clases de modelos en computadora dieron resultados similares: era
imposible hacer un modelo que mostrara algo que se asemejara al clima actual y
no obtener un aumento en la temperatura cuando se incrementaba la concentración
de CO2.
En un acontecimiento aparte, un análisis de los núcleos de
alta mar, publicado en 1976 por Nicholas Shackleton y sus colegas demostró que
la influencia dominante en el tiempo en que ocurrieron las edades de hielo vino
de un cambio orbital de Milankovitch de 100.000 años. Esto era inesperado, ya
que el cambio de la luz solar en ese ciclo fue ligero. El resultado hizo
énfasis en que el sistema climático es impulsado por regeneraciones, y así, es
muy susceptible a los cambios pequeños en las condiciones.7
En julio de 1979, el Consejo Nacional de Investigación de
los Estados Unidos publicó un informe,39
que concluía (en parte)::
Cuando se asume que el contenido de CO2 de la atmósfera se
duplica y el equilibrio termal estadístico se alcanza, el más realista de los
modelos predicen el calentamiento de la superficie global de entre 2°C y 3.5°C,
con mayores aumentos en las altas latitudes. … hemos intentado pero no hemos
podido encontrar cualquier efecto físico pasado por alto o subestimado que
podría reducir los niveles de calentamiento global estimados actuales debido a
la duplicación del CO2 en la atmósfera en proporciones insignificantes o
invertirlas en conjunto. …
La Conferencia Mundial sobre el Clima de la Organización
Meteorológica Mundial, celebrada en Génova en 1979, concluyó que "parece
razonable que una cantidad creciente de dióxido de carbono en la atmósfera
puede contribuir al calentamiento gradual de la atmósfera baja, especialmente
en latitudes más altas….Es posible que algunos efectos de escala regional y
global se puedan percibir antes del final de este siglo y llegar a ser
significativos antes de la mitad del siglo siguiente".40
Comienza a lograrse un consenso: 1980-1988
A principios de los años ochenta, la ligera tendencia al
enfriamiento que ocurrió entre 1945 y 1975 se detuvo. La contaminación en
aerosol había disminuido en muchas áreas debido a la legislación y a los
cambios ambientales en el uso de combustibles, y llegó a estar claro que el
efecto de enfriamiento de los aerosoles no iba a aumentar substancialmente
mientras que los niveles del dióxido de carbono aumentaban progresivamente.
En 1982, los núcleos de hielo de Groenlandia perforados por
Hans Oeschger, Willi Dansgaard y sus colaboradores revelaron oscilaciones
dramáticas de la temperatura en el espacio de un siglo en el pasado remoto.41
El más prominente de los cambios en su expediente correspondió a la oscilación
violenta del Dryas Reciente vista en cambios en tipos de polen en los lechos de
los lagos por todas partes de Europa. Los cambios evidentemente drásticos del
clima eran posibles dentro del curso de la vida humana.
James Hansen durante su testimonio al congreso en 1988, en
el cual alertó al público de los peligros del calentamiento global.
En 1973, el científico británico James Lovelock hizo
especulaciones respecto a que los los cloroflurocarbonos (CFC) podrían
contribuir al calentamiento global. En 1975, Veerabhadran Ramanatha descubrió
que una molécula de CFC podría ser 10.000 veces más eficaz absorbiendo la
radiación infrarroja que una molécula de dióxido de carbono, lo que convertía a
los CFC en sustancias potencialmente importantes a pesar de sus concentraciones
muy bajas en la atmósfera. Mientras que los primeros trabajos que trataban
sobre los CFC en su mayoría se concentraron en el papel de estas sustancias en
la reducción de la capa de ozono, para el año 1985 Ramanathan y otros
científicos demostraron que los CFC junto con el metano y otros gases traza
podrían tener un efecto casi tan importante en el clima como el aumento del
CO2. En otras palabras, el calentamiento global llegaría dos veces más rápido
de lo que se esperaba.42
En 1985, una conferencia en conjunto de UNEP/WMO/ICSU sobre
"La evaluación del papel del dióxido de carbono y otros gases de efecto
invernadero en las variaciones climáticas e impactos asociados" concluyó
que se espera que los gases del invernadero causen un calentamiento
significativo en el siglo próximo y que es algo inevitable.43
Mientras tanto, los núcleos de hielo perforados por un
equipo franco-soviético en la Base Vostok de antártida mostraron que el CO2 y
la temperatura habían aumentado y disminuido siimultáneamente en oscilaciones
amplias a través de las edades de hielo pasadas. Esto confirmó la relación la
relación entre el CO2 y la temperatura de manera totalmente independiente de
los modelos climáticos generados por computadora y afirmando el consenso
científico emergente. Los resultados también se refirieron a las potentes
regeneraciones biológicas y geoquímicas.44
En junio de 1988, James E. Hansen hizo una de las primeras
evaluaciones de que el calentamiento causado por el hombre ya había afectado
considerablemente el clima global.45 Poco después, la "Conferencia Mundial
sobre la Atmósfera Cambiante: Implicaciones para la Seguridad Global"
reunió a cientos de científicos y a otras personas interesadas en Toronto. La
conferencia concluyó afirmando que los cambios en la atmósfera debido a la
contaminación humana "representan una amenaza importante a la seguridad
internacional y están teniendo ya consecuencias dañinas sobre muchas partes del
globo terráqueo", y declararon que en el 2005 el mundo debe disminuir sus
emisiones a un 20% por debajo de los niveles de 1988.46
Periodo moderno: desde 1988 hasta el presente
Artículos principales: Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio Climático, Opinión científica sobre el cambio climático
antropogénico y Calentamiento global.
Tanto el PNUMA y la OMM le dieron seguimiento a la
conferencia del año 1985 con otras reuniones. En 1988, la OMM crearon el Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático con la ayuda del
PNUMA. El IPCC continúa su trabajo hasta la actualidad y publica una serie de
Informes de Evaluación e informes suplementales que describen el estado de la
comprensión científica en el momento que se prepara el informe. Los progresos
científicos durante este período se discuten en los artículos de cada Informe
de Evaluación.
Descubrimiento de otros factores del cambio
climático
Metano: En 1859, John Tyndall determinó que el gas de
carbón, una mezcla de metano y otros gases, absorbe fuertemente la radiación
infrarroja. El metano fue detectado posteriormente en la atmósfera en 1948 y,
en los años ochenta, los científicos se dieron cuenta que las emisiones humanas
tenían un impacto sustancial.42
Clorofluorocarbonos: En 1973, el científico británico James
Lovelock especuló que los clorofluorocarbonos (CFC) podrían contribuir al
calentamiento global. En 1975, Veerabhadran Ramanathan descubrió que una
molécula de CFC podría ser 10 000 veces más eficaz absorbiendo la radiación
infrarroja que una molécula de dióxido de carbono, lo que convertía a los CFC
en sustancias potencialmente importantes a pesar de sus concentraciones muy
bajas en la atmósfera. Mientras que los primeros trabajos que trataban sobre
los CFC en su mayoría se concentraron en el papel de estas sustancias en la
reducción de la capa de ozono, para el año 1985 Ramanathan y otros científicos
demostraron que los CFC junto con el metano y otros gases traza podrían tener
un efecto casi tan importante en el clima como el aumento del CO2.
VEAMOS UN EJEMPLO
VEAMOS UN EJEMPLO
Cambio Climático Experimentos by iactinspain on Scribd
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