Primera
Guerra Mundial
A
finales del siglo xix, el Reino Unido dominaba el mundo tecnológico,
financiero, económico y sobre todo político. Alemania y Estados Unidos le
disputaban el predominio industrial y comercial. Durante la segunda mitad del
siglo xix y los inicios del xx se produjo el reparto colonial de África (a
excepción de Liberia y Etiopía) y de Asia Meridional entre las potencias
europeas, así como el gradual aumento de la presencia europea y japonesa en
China, un estado que para entonces se hallaba muy debilitado.
El
Reino Unido y Francia, las dos principales potencias coloniales, se enfrentaron
en 1898 y 1899 en el denominado incidente de Faschoda, en Sudán, pero el rápido
ascenso del Imperio alemán hizo que los dos países se unieran a través de la
Entente Cordiale. Alemania, que solamente poseía colonias en Camerún, Namibia,
África Oriental, algunas islas del Pacífico (Nueva Guinea, las Marianas, las
Carolinas, las Islas Salomón, entre otras) y enclaves comerciales en China,
empezó a pretender más a medida que aumentaba su poderío militar y económico
posterior a su unificación en 1871. Una desacertada diplomacia fue aislando al
Reich, que solo podía contar con la alianza incondicional del Imperio
austrohúngaro. Por su parte, el Imperio ruso y, en menor medida, los Estados
Unidos controlaban vastos territorios, unidos por largas líneas férreas
(Transiberiano y ferrocarril Atlántico-Pacífico, respectivamente).
Francia
deseaba la revancha de la derrota sufrida frente a Prusia en la guerra
franco-prusiana de 1870-1871. Mientras París estaba asediada, los príncipes
alemanes habían proclamado el Imperio (el llamado Segundo Reich) en el Palacio
de Versalles, lo que significó una ofensa para los franceses. La III República
perdió Alsacia y Lorena, que pasaron a ser parte del nuevo Reich germánico. Su
recuperación era ansiada por el presidente francés, Raymond Poincaré,
lorenés.22 En general, las generaciones francesas de finales delsiglo xix y,
sobre todo, los estamentos militares, crecieron con la idea nacionalista de
vengar la afrenta recuperando esos territorios. En 1914 solo un 1,5 % de los
reclutas del Ejército francés se resistieron a la movilización,23 en
comparación con el 30 % de 1870.
Mientras
tanto, los países de los Balcanes independizados del Imperio otomano fueron
objeto de rivalidad entre las grandes potencias. El estado otomano, al que los
comentaristas de la época denominaban el «enfermo de Europa», no poseía en
Europa —hacia 1914— más que Estambul, la antigua Constantinopla. Todos los
jóvenes países nacidos de su descomposición (Grecia, Bulgaria, Rumanía, Serbia,
Montenegro y Albania) buscaron expandirse a costa de sus vecinos, lo que llevó
a dos conflictos entre 1912 y 1913, conocidos como guerras de los Balcanes.
Impulsados
por esta situación, los dos enemigos seculares del Imperio otomano continuaron
su política tradicional de avanzar hacia Estambul y los estrechos que conectan
el mar Negro con el mar Mediterráneo. El Imperio austrohúngaro deseaba
proseguir su expansión en el valle del Danubio hasta el mar Negro, sometiendo a
los pueblos eslavos. El Imperio ruso, que estaba ligado histórica y
culturalmente a los eslavos de los Balcanes, de confesión ortodoxa —ya les
había brindado su apoyo en el pasado— contaba con ellos como aliados naturales
en su política de acceder a «puertos de aguas calientes».
Como
resultado de estas tensiones, se crearon vastos sistemas de alianzas a partir
de 1882:
La
Triple Entente: Francia, Reino Unido y Rusia.
La
Triple Alianza: Alemania, Austria-Hungría e Italia.
A
este período se le conoce como el de la «paz armada», ya que las naciones
europeas estaban destinando cuantiosas cantidades de recursos en armamentos,24
y sin embargo no había guerra, aunque se sabía que era inminente.
Detonante
Declaración
de guerra contra el Reino de Serbia por parte del Imperio austrohúngaro
Artículo
principal: Atentado de Sarajevo
El
evento detonante del conflicto fue el asesinato del archiduque Francisco
Fernando de Austria y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de
1914 a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip, miembro
del grupo Joven Bosnia, ligado organización clandestina nacionalista Mano
Negra, que apoyaba la unificación de Bosnia con Serbia. Francisco Fernando era
el heredero de la corona austrohúngara después de la muerte de su primo,
Rodolfo de Habsburgo (en 1889) y de su padre Carlos Luis de Austria (en 1896).
Su asesinato precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia, que
desencadenó la Primera Guerra Mundial.
El
23 de julio, después de acordarlo con el estado alemán, el gobierno
austrohúngaro lanzó un ultimátum en diez puntos a su homólogo serbio, exigiendo
entre otras cosas la posibilidad de investigar en territorio serbio. Al día
siguiente el Consejo de Ministros ruso decidió tomar medidas enérgicas que
incluirían llegado el caso la movilización del ejército. Informado el gobierno
serbio, que tenía plazo hasta el sábado 25 a las seis de la tarde, no aprobó
los puntos impuestos por Austria-Hungría, sobre todo los puntos cinco y seis
que ordenaban «aceptar la colaboración en territorio serbio de representantes
del gobierno austrohúngaro para la represión del movimiento subversivo» y
«abrir una investigación judicial contra los participantes en el complot».
Ante
dicha negativa, el 28 de julio de 1914, Austria-Hungría declaró la guerra a
Serbia.25 Acto seguido, el 29 de julio Rusia ordenó la movilización parcial
contria Austria-Hungría, después de una rectificación de última hora del zar
Nicolás II, ya que estaba prevista una movilización general.26 Sin embargo, la
puesta en marcha de una movilización parcial causaría un enorme problema
logístico si al final era necesaria una completa, algo prácticamente seguro ya
que Alemania no tendría más remedio que respaldar a su aliado, por lo que el
zar tuvo que ordenar finalmente la movilización general al día siguiente, el 30
de julio, después de una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores Serguéi
Sazónov, que le transmitió las preocupaciones al respecto del jefe del Estado
Mayor Nikolai Yanushkevich.27 En función de las alianzas militares, el 1 de
agosto Alemania le declaró la guerra a Rusia, al considerar la movilización
como un acto de guerra contra Austria-Hungría. Ante esto, y en virtud de la
alianza militar franco-rusa de 1894, Francia tomó algunas medidas de precaución
en sus fronteras. Alemania, al conocer la agitación que reinaba en Francia a
causa del inesperado ataque contra Serbia y la movilización rusa, le declaró la
guerra a Francia el 3 de agosto.28 29
Guerra
de movimientos
Alianzas
militares europeas en 1914.
En
1914, los europeos pensaban que la guerra sería corta. Pero los generales, que
habían estudiado las guerras napoleónicas, estaban equivocados en su enfoque
inicial del enfrentamiento, basado en el uso masivo de la infantería.
Respondiendo a la enorme eficacia de las armas (fusiles, armas automáticas y
artillería pesada), las fortificaciones fueron reforzadas. La caballería sería
inútil como medio para romper el frente.
Al
comienzo de la guerra los dos bandos trataron de obtener una victoria rápida
mediante ofensivas fulminantes. Los franceses agruparon sus tropas en la
frontera con Alemania, entre Nancy y Belfort, divididas en cinco ejércitos.
Previendo un ataque frontal en Lorena, organizaron el Plan XVII. Los alemanes
tenían un plan mucho más ambicioso. Contaban con la rapidez de un movimiento de
contorno por Bélgica para sorprender a las tropas francesas y marchar hacia el
este de París (Plan Schlieffen de 1905) y luego enfrentarse a las fuerzas
enemigas y empujarlas hacia el Jura y Suiza. Tan sólo ubicaron 2/7 de sus
tropas sobre la frontera para resistir el ataque frontal en Alsacia-Lorena.
Alianzas
militares europeas en 1915.
Verde:
Triple Entente (aliados)
Rojo:
Potencias Centrales
Amarillo:
Países no beligerantes.
El
comienzo del plan transcurrió perfectamente para el Reich. Sus tropas avanzaron
sobre Bélgica el 4 de agosto, lo cual provocó la intervención inglesa.
Posteriormente derrotaron al ejército francés en diversas batallas. Los
franceses lanzaron simultáneamente el Plan XVII, pero resultó un fracaso debido
a las armas automáticas que frenaron cualquier asalto y a un repliegue
prematuro de las tropas hacia sus líneas. Semanas después los alemanes estaban
ya ubicados en el río Marne, donde chocaron con el Fuerza Expedicionaria
Británica (BEF) y el ejército francés, quienes frenaron el avance imperial. La
derrota germana frustró el plan original y acabó con las expectativas de una
conflagración breve, marcando el abandono definitivo de los planes anteriores a
la guerra. En ese momento comenzó la «carrera hacia el mar»: los dos ejércitos
marcharon hacia el mar del Norte; ataques y contraataques se sucedieron. La
contienda se desarrollaría en territorio francés y belga. Las tropas británicas
no tardaron en intervenir en mayor número, junto a los restos del ejército
belga.
Mientras
tanto, Austria-Hungría fracasó en su intento de tomar Belgrado, lo cual
lograría después con ayuda alemana, en agosto de 1915. Rusia invadió Prusia
Oriental, pero los generales de estado mayor prusianos Hindenburg y Ludendorff
los batirán contundentemente en Tannenberg.
En
el curso de 1915, dos nuevos países entraron en la guerra: Italia del lado de
los Aliados y Bulgaria al lado de las Potencias Centrales, que con este apoyo
derrotaron y ocuparon Serbia. Desde el comienzo de la guerra, la Santa Sede y
Suiza intentaron infructuosamente sondeos por la paz.
Frente
occidental
Estabilización
del Frente Occidental en 1914
Artículo
principal: Frente Occidental (Primera Guerra Mundial)
Véase
también: Guerra de trincheras
El
4 de agosto de 1914, el ejército alemán abrió el Frente Occidental invadiendo
Bélgica y Luxemburgo, con un ataque a la ciudad de Lieja, y luego obteniendo el
control militar de regiones industriales importantes del este de Francia,
derrotando al ejército francés en la batalla de Lorena, la batalla de Charleroi
del 21 de agosto y en la batalla de Maubeuge una semana más tarde. La fuerza
del avance fue contenida drásticamente con la primera batalla del Marne en
septiembre de 1914, donde enfrentaron a la Fuerza Expedicionaria Británica
compuesta por cinco divisiones experimentadas y las tropas de reserva
francesas, parte de las cuales llegaron al frente gracias a los taxis de París.
El equilibrio de fuerzas y las nuevas armas facilitaron la defensa frente al
ataque e impusieron la estabilización del frente. Ambos contendientes se
atrincheraron en una línea sinuosa de posiciones fortificadas que se extendía
desde el mar del Norte hasta la frontera suiza con Francia. Esta línea
permaneció sin cambios sustanciales durante casi toda la guerra.
Soldados
franceses en las trincheras, durante la batalla de Verdún, en 1916.
Un
asalto presentaba tal desventaja frente al adversario que los ataques aliados
fueron infructuosos y Alemania pudo resistir a pesar de combatir en dos
frentes. En estos ataques se recurrió a bombardeos masivos de artillería y al
avance masivo de la infantería. Sin embargo, la combinación de las trincheras,
los nidos de ametralladoras, el alambre de espino y la artillería infligían
cuantiosas bajas a los atacantes y a los defensores en contraataque. Como
resultado, no se conseguían avances significativos. Las condiciones sanitarias
y humanas para los soldados eran muy crudas y las bajas elevadísimas.
Soldados
británicos en las trincheras, durante la batalla del Somme, 1916.
En
otoño de 1915 el general Joseph Joffre intentó una ofensiva, con apoyo inglés,
que concluyó en un gigantesco fracaso. Después de este éxito defensivo, a
finales de año, el general Von Falkenhayn, jefe de Estado Mayor, propuso al
káiser su proyecto de atacar Verdún, plaza fuerte e impenetrable según la
propaganda francesa, pero que estaba en posición delicada por no poseer un camino
o vía férrea para su reavituallamiento. Los alemanes esperaban que su caída
debilitaría la moral de los soldados franceses. El 21 de febrero de 1916, el
ataque se inició con la artillería bombardeando violentamente las posiciones
aliadas. Los alemanes avanzaron poco, pero las pérdidas francesas fueron
enormes. El 25 de febrero, el general Langle de Cary decidió abandonar la
ciudad, pero el mando francés no estaba dispuesto a perder Verdún y nombró en
su lugar a Philippe Pétain, quien organizó una serie de violentos
contraataques.
El
1 de julio, los británicos desataron una gran lucha paralela en la batalla del
Somme, a fin de dividir las tropas alemanas y reducir la presión sobre Francia.
Los alemanes retrocedieron escasos kilómetros, pero en orden. Al final, el
frente casi no se modificó ni en Verdún ni en el Somme, pese a los centenares
de miles de bajas.
En
un esfuerzo por romper este callejón sin salida, este frente presenció la
introducción de nuevas tecnologías militares, incluyendo el gas venenoso y los
tanques. Pero solo tras la adopción de mejoras tácticas se recuperó cierto
grado de movilidad.
A
pesar del estancamiento de este frente, este escenario resultó decisivo. El
avance inexorable de los ejércitos aliados en 1918 convenció a los comandantes
alemanes de que la derrota era inevitable, y el gobierno se vio obligado a
negociar las condiciones de un armisticio.
Frente
oriental
Artículo
principal: Frente Oriental (Primera Guerra Mundial)
Prisioneros
austríacos en manos rusas, en Karelia, 1915.
La
estrategia de guerra alemana funcionó contra Rusia. El ejército ruso contaba
con 8 millones de hombres en 1914, pero estaba compuesto principalmente por
campesinos sin ninguna formación militar, mal armados y equipados. El mando
ruso era también mediocre. Los dos ejércitos se enfrentaron en la batalla de
Tannenberg (Prusia Oriental) del 26 al 30 de agosto de 1914, y en la batalla de
los lagos Masurianos del 6 al 15 de septiembre de 1914. Los rusos sufrieron
grandes derrotas en los dos casos y fueron obligados a replegarse. Los
comandantes alemanes en esta exitosa campaña defensiva fueron Paul von
Hindenburg y Erich Ludendorff.
Austria-Hungría,
en cambio, no pudo repeler la invasión de Galitzia. En junio de 1916 tiene
éxito una ofensiva rusa, dirigida por el general Alexéi Alexéievich Brusílov,
que se interna en las líneas austrohúngaras. Regimientos enteros se pasaron a
las filas rusas, demostrando la fragilidad del Imperio austrohúngaro. Motivada
por esta circunstancia, Rumanía declara la guerra a los Imperios Centrales, y
tras unas victorias iniciales es derrotada debido a la superioridad numérica
alemana y austrohúngara, lo que hace que firme un tratado de paz, lo que
compromete aún más la posición rusa. El Imperio de los Romanov no volvería a
intentar ninguna ofensiva de relevancia en el resto de la contienda.
Alemania
pasó a la ofensiva y conquistó el golfo de Riga, destruyendo o capturando a
buena parte de los contingentes rusos. El frente oriental estuvo en constante
movimiento y no conoció la guerra de trincheras. La caballería jugó aún cierto
papel en esta guerra de movimientos.
.
Frente
balcánico
Artículo
principal: Frente Balcánico (Primera Guerra Mundial)
En
la región de los Balcanes, tuvieron lugar una serie de campañas militares entre
las Potencias Centrales (Austria-Hungría, Alemania, el Imperio Otomano y
Bulgaria) por un lado y los aliados (Serbia, Montenegro, Rusia, Francia, Reino
Unido y más tarde Rumanía y Grecia), por otro. En este teatro de operaciones la
guerra comenzó con la invasión austro-húngara a Serbia en 1914, que acabó con
la conquista de Serbia y Montenegro a fines de 1915. Las fuerzas serbias fueron
atacadas desde el norte y el este y se vieron obligadas a retirarse del país,
sin embargo, el ejército serbio se mantuvo operativo, aunque emplazado en
Grecia.
Cañones
serbios capturados por los austríacos.
En
el otoño de 1915, los aliados intentaron ir en ayuda de los serbios, por medio
de una expedición franco-británica que se estableció en el puerto de Salónica,
en Grecia. El plan aliado consistía en socorrer a los serbios desde el sur,
abriendo un frente en Macedonia. La expedición llegó demasiado tarde y con
insuficiente fuerza para evitar la caída de Serbia, y se vio complicada por la
crisis política interna en Grecia. No obstante, se logró mantener estable el
frente macedonio, desde la costa albanesa al río Estrimón, en Bulgaria, hasta
1918.
En
1916 Rumanía entra en guerra contra las Potencias Centrales, pero esta decisión
resultó desastrosa para los rumanos. Poco después de la declaración de guerra
rumana, una ofensiva combinada entre los alemanes, austro-húngaros, búlgaros y
otomanos conquistó dos tercios del país en una rápida campaña que finalizó en
diciembre de 1916. Sin embargo, los ejércitos ruso y rumano consiguieron
estabilizar el frente y mantenerlo en Moldavia. En 1917, Grecia entró en la
guerra del lado aliado, y en septiembre de 1918 se produjo la gran ofensiva
aliada de una fuerza multinacional acantonada en el norte de Grecia, que dio
lugar a la capitulación de Bulgaria y a la liberación de Serbia.
Frente de Oriente Medio
Artillería
británica en Galípoli.
Artículo
principal: Frente del Oriente Medio (Primera Guerra Mundial)
Véase
también: Batalla de Galípoli
Los
Aliados contaban con la debilidad del Imperio otomano para abrir una vía
directa y apoyar a sus aliados rusos. La campaña de los Dardanelos fue iniciada
por los ingleses, a sugerencia de Winston Churchill, para controlar el estrecho
de los Dardanelos, lo que permitiría a Francia y al Imperio británico
revitalizar a Rusia, neutralizar al Imperio otomano y encerrar a los imperios
centrales. El ambicioso proyecto comenzó con el despliegue de una imponente
flota inglesa y el desembarco de tropas en Galípoli, pero los otomanos,
mandados por Mustafa Kemal Atatürk, se defendieron con una eficacia inesperada.
Los aliados no consiguieron penetrar en el Imperio otomano y fracasaron en las
sucesivas ofensivas. La operación fue un sangriento desastre, convirtiéndose en
una nueva batalla de trincheras (para colmo, esta vez con el mar a espaldas de
los Aliados). Después de unos meses de inútiles tentativas, el mando inglés
decidió evacuar Galípoli y dirigir su cuerpo expedicionario a Salónica, Grecia.
Este ejército sostendría enseguida a los serbios que no se rindieron. Ante
todo, se mantuvo a la espera de nuevas oportunidades, como convencer a Grecia
de entrar en la guerra.
Durante
todo el conflicto, los británicos fomentaron el sublevamiento de las tribus
árabes para perturbar a los otomanos. En esta misión destacó el célebre oficial
T. E. Lawrence, Lawrence de Arabia. La Declaración Balfour propuso el
establecimiento de un Estado judío en Palestina, para motivar a los judíos
estadounidenses a que apoyaran el ingreso de ese país en la guerra. En 1916 los
británicos atacaron Palestina, cuyo control mantendrían hasta 1948.
Frente
Italiano
Artículo
principal: Frente Italiano (Primera Guerra Mundial)
En
1915, Italia se une a los Aliados y ataca a Austria. Sin embargo, una larga
serie de ofensivas sobre el río Isonzo fracasa. En 1917, son los
austro-húngaros, reforzados por tropas alemanas, los que baten duramente a los italianos
en Caporetto. Este desastre casi saca a Italia de la guerra, pero el frente se
estabiliza sobre el río Piave.
La
guerra en África
Artículo
principal: Frente africano (Primera Guerra Mundial)
En
África, británicos y franceses atacaron desde todos los frentes a las colonias
alemanas, rodeadas por sus posesiones. Las fuerzas germanas en Togolandia y
Camerún se rindieron rápidamente a las tropas anglo-francesas, mientras que la
colonia de África del Sudoeste Alemana fue invadida por el ejército sudafricano
y ocupada totalmente en 1915 (véase: Campaña de África del Sudoeste). Sólo la
colonia de Tanganica, bajo la dirección del general Paul von Lettow-Vorbeck,
resistió bajo dominio alemán hasta el final de la contienda.
La
guerra en el Extremo Oriente y el Pacífico
Artillería
japonesa durante el ataque a las fuerzas alemanas de Tsing Tau, en 1914.
Tras
el estallido de la guerra, el Imperio japonés envió un ultimátum a Alemania,
solicitándole la evacuación de Jiaozhou (noreste de China). Alemania se negó a
cumplirlo, por lo que Japón entró en la guerra del lado de los aliados el 23 de
agosto de 1914. Las tropas japonesas ocuparon las posesiones alemanas en las
islas Carolinas y Marianas. En 1915, Japón presentó las Veintiuna exigencias a
China que obligaban a China a no alquilar ni ceder ningún territorio frente a
Taiwán a ningún país, excepto a Japón. En 1919, China cedió los derechos
comerciales de Mongolia Interior y Manchuria a Japón.
Mientras
tanto, en el Pacífico también hubo movimientos aunque no batallas de
importancia. Las tropas australianas estacionadas en Papúa ocuparon sin
problemas la Nueva Guinea Alemana, mientras que Japón y Nueva Zelanda
dirigieron ataques contra las bases alemanas en las Islas Marianas. El puerto
chino de Qingdao, principal base alemana en Extremo Oriente, fue ocupado por
los japoneses.
Como
resultado del acuerdo de paz de la guerra mundial, Japón recibió las islas del
Pacífico que había ocupado.
La
guerra en el mar
Véase
también: Categoría:Batallas navales en la Primera Guerra Mundial
La
Gran Flota Británica en la batalla de Jutlandia.
La
guerra naval en la Primera Guerra Mundial se caracterizó por los esfuerzos de
los Aliados, especialmente Gran Bretaña, de imponer un bloqueo marítimo a los
Imperios Centrales, utilizando sus grandes flotas navales; y por el empeño de
estos de romper el bloqueo o establecer ellos mismos uno efectivo hacia el
Reino Unido y Francia. Los alemanes, que contaban con una importante flota de
submarinos, intentaron imponer un bloqueo completo a estas potencias ya
nombradas, interceptar el apoyo de sus colonias y romper las rutas de
aprovisionamiento entre América (carne de Argentina, armamento estadounidense)
y Europa.
El
mar del Norte y el canal de la Mancha fueron los principales teatros de
operaciones de la guerra en el mar. En ellos se enfrentaron la Gran Flota
británica y la Flota de Alta Mar alemana, que protagonizaron tres grandes
batallas. En agosto de 1914 se encontraron en la batalla de Heligoland, en
enero de 1915 en la batalla del Banco Dogger, ambas a favor del Reino Unido. A
mediados de 1916 ambas flotas se encontraron en pleno frente a la península de
Jutlandia. En la batalla de Jutlandia los alemanes, dirigidos por los
almirantes Reinhard Scheer y Franz von Hipper, tenían como objetivo impedir el
abastecimiento británico desde Noruega. La batalla comenzó el 31 de mayo, y fue
el mayor combate naval registrado durante la guerra. No hubo un total ganador,
ya que la Marina Real Británica, bajo mando de los almirantes John Jellicoe y
David Beatty, perdió más hombres y naves, pero los alemanes no pudieron romper
el bloqueo y tuvieron más buques dañados.30
Además
la guerra en el mar se disputó en otros escenarios. En el Atlántico la
actividad alemana se caracterizó por la guerra submarina. En el Mediterráneo,
las flotas aliadas (británica, francesa e italiana) se enfrentaron a la Armada
Austro-Húngara en el Adriático, siendo el mayor enfrentamiento la batalla del canal
de Otranto en 1917;31 y a la Armada Otomana durante la campaña de los
Dardanelos. En el océano Pacífico se enfrentaron el Escuadrón Alemán del Lejano
Oriente, comandado por el almirante Graf von Spee, con el 4° Escuadrón de la
Real Marina Británica, la Real Marina Australiana y algunas unidades de la
Marina Imperial Rusa y de la Armada Francesa. Las principales batallas de este
teatro de operaciones fueron la batalla de Coronel y la batalla de las
Malvinas.
El
epílogo a la contienda naval, lo puso el hundimiento de la flota alemana bajo
el mando de Ludwig von Reuter por sus propios tripulantes mientras se
encontraba internada en Scapa Flow, para evitar que la Flota de Alta Mar fuera
repartida entre los aliados.
1917:
entrada de Estados Unidos en la guerra y derrota de Rusia
Soldados
de Estados Unidos durante la batalla de St. Mihiel, en Francia.
En
1917, el Estado Mayor alemán tomó la decisión de aguantar a los Aliados en el
oeste y hundir de una vez a las desalentadas tropas zaristas después de la victoria
táctica de los británicos en Arras. Los franceses, tras el fracaso total de su
ofensiva de Chemin des Dames, no fueron capaces de retomar la iniciativa y se
limitaron a resistir. El 7 de junio los británicos lanzaron una ofensiva en
Flandes, pero no consiguieron romper el frente. El conflicto se estancó y el
desaliento cundió en la retaguardia mientras la población civil padecía
restricciones, sobre todo en Alemania, bloqueada por los aliados.
En
abril de 1917 los Estados Unidos le declararon la guerra a los Imperios
Centrales, lo que le dio a la contienda el carácter mundial. No obstante, sus
efectos no se sentirían sino hasta 1918. El hundimiento por un submarino alemán
del RMS Lusitania el 7 de mayo de 1915, donde murieron 128 estadounidenses había
generado un sentir popular antialemán entre los estadounidenses, pero fue el
anuncio alemán de una guerra submarina «sin restricciones» junto con la
confirmación de la autenticidad del telegrama Zimmermann lo que provocó un
flujo de sentimientos antialemanes en Estados Unidos,32 y fue el detonante de
su entrada oficial en guerra al lado de los aliados.
El
telegrama Zimmermann.
El
16 de enero de 1917, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Arthur
Zimmermann, envió un telegrama, interceptado por la inteligencia británica, al
embajador en México, Heinrich von Eckardt, con indicaciones precisas para
convencer al presidente Venustiano Carranza, de que México entrase a la guerra
del lado de los Imperios Centrales si Estados Unidos le declaraba la guerra a Alemania.
A cambio, el telegrama prometía a México la restitución de los territorios
anexionados por Estados Unidos en la guerra de 1847-1848 por el Tratado de
Guadalupe-Hidalgo. Dicho telegrama también sugería que el presidente Carranza
se comunicase con Tokio para llegar a un acuerdo que hiciera que el Imperio
japonés se pasase al lado alemán. Carranza no aceptó la oferta, puesto que
México estaba inmerso en la Revolución mexicana y no se encontraba en
condiciones económicas adecuadas. Además, el mandatario se encontraba
preocupado por la Expedición Punitiva estadounidense. México no solo no entró
en la guerra, sino que envió a Francisco León de la Barra como alto comisionado
mexicano de la Paz.
En
febrero de 1917 estalló la Revolución rusa, la cual obligó a abdicar al zar
Nicolás II, quedando el país posteriormente bajo el mando de Aleksandr
Kérenski, quien continuó en guerra contra Alemania. Sin embargo en noviembre
estallaría la Revolución bolchevique, que depuso al gobierno de Kérenski. Este
clima de inestabilidad permitió a los alemanes avanzar considerablemente en ese
país.
Tropas
revolucionarias rusas en marzo de 1917.
Los
bolcheviques tomaron el control total y firmaron el armisticio con los Imperios
Centrales en diciembre, después de la Paz de Brest-Litovsk (negociada por León
Trotski) en marzo de 1918. Para obtenerla consintieron enormes sacrificios
económicos y territoriales. Además, Alemania ocupó Polonia, Ucrania, Finlandia,
los países bálticos y parte de Bielorrusia. El Reich aprovechó esta victoria
para enviar casi todo su ejército oriental al Frente Occidental e intentar
obtener una victoria rápida antes de la llegada masiva de los estadounidenses.
Era su baza definitiva, ya que Austria-Hungría, Bulgaria y el Imperio otomano
daban muestras de desaliento ante las mayores reservas financieras y de hombres
de los Aliados.
Finalmente
el 17 de julio de 1918 el zar Nicolás II fue asesinado con toda su familia en
Ekaterimburgo, por temor a que el avance de la Legión Checoslovaca hacia la
ciudad, pudiera liberarlo. La Revolución rusa, en particular luego del tratado
de Brest-Litovsk, dio paso a una guerra civil, que se extendió hasta 1923,
provocada por el levantamiento de grupos antibolcheviques dentro y fuera de
Rusia, que se organizaron para actuar contra el nuevo régimen.
Fin de la guerra
Reforzados
por las tropas provenientes del frente este, los alemanes ponen todas sus
fuerzas en su última ofensiva, nombrada por el general de Infantería Erich
Ludendorff como Kaiserschlacht (nombre clave Michael), a partir de marzo de
1918, sobre el río Somme, en Flandes y en Champaña. Esta comenzó el 21 de marzo
y se extendió hasta el 5 de abril, aunque con el final de esta los alemanes
continuaron con una serie de cuatro ofensivas hasta el 17 de junio. Pero, mal
alimentadas y cansadas, las tropas alemanas no pudieron resistir la
contraofensiva de Foch y fallan frente al objetivo final: París, quedando a 120
km de la capital gala. El general Foch comanda sus tropas francesas y
estadounidenses hacia la victoria, en la segunda batalla del Marne. Los
primeros tanques británicos entraron en combate y la superioridad aérea aliada
era evidente.
Es
el principio del fin para los Imperios Centrales. En los Balcanes, las tropas
francesas atacan las líneas búlgaras en Macedonia. Después de pocos días de
lucha, Bulgaria comprende que no puede hacerles frente y pide el armisticio. El
Imperio otomano está al límite de sus fuerzas y no puede contener a los
británicos que han tomado ya Jerusalén y Bagdad y avanzan hacia Anatolia.
Franceses y británicos ocupan el Oriente Próximo e Irak y el Imperio otomano
también se rinde.
El
duelo entre italianos y austríacos está asimismo por resolverse. El general
Díaz se ve presionado por su gobierno, que necesita de una victoria en el
frente alpino para poder negociar. Los italianos derrotan a Austria-Hungría en
Vittorio Veneto. Este hecho se suma al descalabro del ejército imperial en los
Balcanes, y la monarquía de los Habsburgo se hunde.
Ferdinand
Foch, segundo por la derecha, posa frente al vagón en Compiègne tras la firma
del armisticio. Ese mismo vagón de tren fue el lugar elegido por Adolf Hitler
para la simbólica firma de la rendición francesa en junio de 1940.33
El
Reich está en una situación desesperada: se ha quedado sin aliados, su
población civil sufre draconianas restricciones, su ejército está al límite,
sin reservas y desmoralizado. Ludendorff y Hindenburg son partidarios de la
capitulación inmediata, pues creen que el frente se derrumbará en cualquier
momento. En efecto, tropas estadounidenses de repuesto no paran de desembarcar
e incluso Italia se prepara para enviar un contingente a Francia. El 8 de
agosto un ataque aliado cerca de Amiens tiene éxito y rompe el frente alemán;
los aliados penetran en Bélgica. El Alto Mando pide al brazo político iniciar
inmediatamente negociaciones de paz. Cunde la convicción de que la guerra está
perdida. Wilson proclama que Estados Unidos sólo negociará con un gobierno
alemán democrático. Los Hohenzollern tienen los días contados. Tras una
revolución obrera en Berlín, el Káiser huye a Holanda. El gobierno de la nueva
República alemana firma el armisticio de Compiègne el 11 de noviembre de 1918.
La guerra termina con la victoria de los Aliados.
Tratados
de paz
Tras
el conflicto, se firmaron varios tratados de paz por separado entre cada uno de
los vencidos y todos los vencedores, con excepción de Rusia, que había
abandonado la guerra en 1917. Al conjunto de estos tratados se le conoce como
La Paz de París (1919-1920).
Versalles:
Firmado el 28 de junio de 1919 entre los aliados y Alemania. El antiguo
territorio del Imperio alemán fue cortado en dos por el Corredor polaco,
desmilitarizado, confiscadas sus colonias, supervisado, condenado a pagar
enormes compensaciones —que terminó de satisfacer casi un siglo después, en
2010—34 y tratado como responsable del conflicto. Este tratado produjo gran
amargura entre los alemanes y fue la semilla inicial para el próximo conflicto
mundial. Con este tratado también fue creada la Sociedad de Naciones.
Saint-Germain-en-Laye:
Firmado el 10 de septiembre de 1919 entre los aliados y Austria-Hungría. En este
tratado se establecía el desmembramiento de la antigua monarquía de los
Habsburgo, el Imperio austrohúngaro, y Austria quedó limitada a algunas zonas
en las que se hablaba solamente el alemán.
Neuilly:
Firmado el 27 de noviembre de 1919 en Neuilly-sur-Seine (Francia) entre
Bulgaria y las potencias vencedoras. De acuerdo con lo estipulado en el
tratado, Bulgaria reconocía el nuevo Reino de Yugoslavia, pagaba 400 millones
de dólares en concepto de indemnización y reducía su ejército a 20.000
efectivos. Además, perdía una franja de terreno occidental en favor de
Yugoslavia y cedía Tracia occidental a Grecia, por lo que quedaba sin acceso al
mar Egeo.
Trianon:
Acuerdo impuesto a Hungría el 4 de junio de 1920 por los aliados, en el que se
dictaminó la entrega de territorios a Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia.
Sèvres:
Firmado el 10 de agosto de 1920 entre el Imperio otomano y los aliados (a
excepción de Rusia y Estados Unidos), siendo parte de la partición del Imperio
otomano. El Tratado dejaba a los otomanos sin la mayor parte de sus antiguas
posesiones, limitando sus territorios a Constantinopla y parte de Asia Menor.
Aspectos económicos
La
primera guerra mundial fue la primera que exigió a los gobiernos intervenir en
la economía para lograr resolver cuestiones de envergadura relacionadas con la
disponibilidad de los factores de producción y la necesidad de distribuirlos en
un escenario caracterizado por deudas crecientes y diversificadas y por
restricciones a la importación.
Producción:
El accionar del Estado en relación a los procesos productivos se limitó al
control de los mismos sin afectar los principios de la libre empresa. El
principal problema para la producción fue el factor trabajo ya que la mano de
obra estaba reclutada. En consecuencia, las potencias en guerra recurrieron al
trabajo femenino. En el sector agrario se incentivó la producción por todos los
medios. Por ejemplo, Alemania obligó a cultivar las tierras comunales e
Inglaterra estableció multas al terreno baldío. La producción industrial
también experimentó un importante crecimiento sobre todo la industria
metalúrgica para la fabricación de armamento y la textil para la confección de
uniformes.
Distribución
e intercambios: Los problemas de distribución de materias primas y alimentos se
fueron agudizando a medida que transcurría la guerra. Los bloqueos comerciales
por parte de ambos bandos obligaron a cambiar las rutas de comercio con un
correspondiente aumento de los fletes. A su vez, una economía de guerra obligó
a las autoridades a fijar cupos de importación, fijar precios y crear
organismos de distribución de alimentos. Hasta Inglaterra, quien había
mantenido el libre comercio durante la crisis de 1873, debió realizar medidas
proteccionistas como derechos arancelarios. Por otro lado, los problemas de
transporte interno fueron serios, por ejemplo, el Estado alemán subordinó a las
empresas ferroviarias para organizar la circulación.
The
Origins of the First World War, publicado en 1992.
Lucharon
65,8 millones de soldados, de los que murieron más de 1 de cada 8, un promedio
de 6046 hombres muertos cada día en los cuatro años que duró la guerra. Aunque
no es posible determinar a ciencia cierta el gigantesco saldo de víctimas, The
New Encyclopaedia Britannica estima que tan solo el número de soldados muertos
asciende a 8 500 000. 35 A consecuencia de esta guerra cayeron cuatro imperios
–el alemán, el austrohúngaro, el ruso y el otomano– y tres grandes dinastías,
los Hohenzollern, los Habsburgo y los Romanov. Confirmaba el final del
Absolutismo Monárquico en Europa. Se calcula que la guerra produjo
aproximadamente ocho millones de muertos y seis millones de discapacitados.
Francia fue el país más afectado proporcionalmente: 1,4 millones de muertos y
desaparecidos, equivalentes a un 10 % de la población activa masculina,
acompañado por un déficit de nacimientos. El estancamiento demográfico francés
se prolongó, con un envejecimiento de la población que sólo logró crecer con la
inmigración. El norte francés estaba en ruinas: casas, puentes, vías férreas,
fábricas, etc.
En
el plano político, cuatro imperios autoritarios se derrumbaron, lo que
transformó profundamente el mapa de Europa, rediseñado por el tratado de paz de
1919:
el
Imperio del zar quedó transformado en la Rusia comunista (más tarde la URSS),
el
Imperio otomano se disolvió dando paso a Turquía (península de Anatolia y
Constantinopla),
el
Imperio austrohúngaro fue disuelto dando paso a los Estados de Austria,
Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia como nuevos países independientes,
el
Imperio alemán finalizó y fue reemplazado por la República de Weimar, que
gobernaría sobre una Alemania mermada territorial y económicamente por el pago
de las reparaciones de guerra.
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