Guerra Del Guano y El Salitre
CAUSAS
Ambición británica por controlar la riqueza salitrera y
guanera peruana y boliviana
Política expansionista chilena que lo lleve a controlar los
territorios salitreros de Tarapacá y Atacama.
ANTECEDENTES
II da Revolución Industrial, siendo Inglaterra una de las
mayores potencias industriales del
mundo, al lado de Alemania, Francia, y Estados Unidos, los cuales
requieren de mercados económicos en los cuales obtener materia prima para sus
industrias, a la vez que vender sus productos manufacturados.
Crisis económica en Perú, Bolivia y Chile antes de iniciar
la guerra. Recordar que poco antes el Perú había tenido una etapa de gran
bonanza económica producto del comercio guanero, situación que fue
desaprovechada por la clase política peruana para promover un verdadero
proyecto de desarrollo nacional, enfrascándose en escándalos de corrupción y
despilfarro.
Ya durante el gobierno de Balta empezaron a sentirse los
primeros síntomas de esta crisis, sin embargo será durante el civilismo de
Pardo en que la situación se agrava, a tal punto que las finanzas públicas
peruanas esta al borde de la bancarrota económica.
Es durante la década de los 70 que comienza a tener gran
demanda mundial un recurso que se constituye en una importante fuente de
riqueza: EL SALITRE. El Perú posee una de las regiones más productivas del
preciado mineral en la meridional provincia litoral de Tarapacá, además que
Bolivia también tiene ingentes yacimientos salitreros en su provincia litoral
de Atacama. Estos yacimientos salitreros son explotados por empresas y
consorcios privados de capitales británicos y chilenos, siendo éstos, los que
obtienen los reales beneficios y utilidades de la explotación del mineral.
Ello representaba una amenaza real para Perú y Bolivia, en
tanto que constituía una peligrosa penetración económica anglo-chilena en ambos
países. A eso se suma que Chile, que por aquel entonces se hallaba en una grave
situación económica y al carecer de recursos naturales para emprender su
desarrollo, se verá en la necesidad de emprender una empresa de conquista que
lo lleve a apropiarse -“por la razón o por la fuerza” como reza su lema
nacional hasta hoy- de estos estratégicos recursos naturales y así conquistar
mayor espacio vital.
Claro está que para ello, Chile contará con el firme
respaldo político, económico y militar de la burguesía británica, que en el
fondo de todo, es la principal interesada en obtener el control monopólico del
estratégico recurso. No apoya al Perú ni a Bolivia, dado que estas repúblicas
carecen de condiciones mínimas que garanticen sus inversiones (inestabilidad
política, caudillismos, guerras civiles, políticas económicas estatizantes,
entre otras). Inglaterra necesita seguridad para sus inversiones y esto le
ofrece la burguesía chilena, que, además, tiene esbozado desde los inicios de
su vida republicana un proyecto de hegemonía y dominio en el pacífico
sudamericano (doctrina geopolítica portaliana), expresada en objetivos
geopolíticos de expansión territorial hacia el norte (Bolivia-Perú) y hacia el
este (Argentina).
La aventura expansionista chilena requiere de una sólida
base militar, por ello se enfrascará en una carrera armamentista sin
precedentes, apoyado claro está del industrialismo británico. Tanto su armada
como su ejército estarán en condiciones de afrontar una guerra internacional,
debido a la adquisición de buques acorazados y artillería de sofisticada
tecnología. El armamentismo chileno se corona definitivamente cuando en 1874 y
1875 adquieren de Inglaterra los poderosísimos acorazados “Blanco Encalada” y
Cochrane”, además de adquirir letales
cañones Krupp y Armstrong de tecnología alemana, con lo cual rompen el
equilibrio militar en la región.
EL PRETEXTO:
Estalla el conflicto
Aplicación por parte del gobierno boliviano de Hilarión Daza
de un IMPUESTO DE 10 CENTAVOS por cada quintal de salitre explotado en su
territorio. Esto provoca la indignación de la Compañía salitrera de Antofagasta
de capitales chileno-británico, alegando que Bolivia estaba violando un decreto
emitido en 1874 por el que se comprometía a no gravar con ningún impuesto a las
empresas anglo-chilenas por un lapso de 25 años.
Chile desconoce este impuesto, frente a lo cual, el gobierno
de Daza procede a reivindicar para Bolivia todas las salitreras y a
expropiarlas de manos chilenas. En respuesta a ello, Chile invade militarmente
el puerto boliviano de Antofagasta el 14 de febrero de 1879, ocupando al poco
tiempo toda la provincia salitrera de Atacama, hecho que origina que Bolivia le
declare la guerra a Chile el 1 de marzo de 1879.
En sí, esto fue solo un pretexto, fue el detonante que hizo
que estallara el conflicto. Fue el momento que tanto había esperado Chile para
lanzarse a su guerra de conquista y para la cual se había venido preparando
concienzudamente desde años atrás. Es necesario resaltar además que el problema
Chileno-boliviano ya venía de años atrás, y para ello es conveniente echar un
vistazo a las tensas relaciones entre ambas naciones apenas unos años antes de
producirse el conflicto:
Todo se inicia el 10 de Agosto de 1866, cuando el
chilenófilo presidente boliviano Mariano Melgarejo, en una clara intención de
favorecer a Chile, firmó el Tratado Muñoz-Vergara, por el que reconocía que el
territorio chileno llegaba hasta el paralelo 24 de Latitud sur, vulnerando
impunemente la soberanía boliviana. Así, la zona norte del paralelo 24 quedaba
bajo tutela de Bolivia, sin embargo se hacia la concesión de que los productos
extraído entre los paralelos 23º al 25º podían ser repartidos entre ambas naciones. Sin embargo, al caer
Melgarejo del poder, el nuevo gobierno boliviano desconoció el tratado,
firmándose otro en 1872, el llamado Tratado Linsay – Corral.
Frente a la codicia chilena por parte de sus compañías
salitreras, se volvió a firmar otro tratado en 1874 por el que Chile quedaba
exonerado del pago de impuestos por un lapso de 25 años. Pero ocurrió que en
1878, Hilarión Daza luego de tomar el poder en Bolivia por un golpe de Estado,
promulgó la mencionada ley que gravaba con un impuesto de diez centavos a todo
quintal de salitre exportado por el puerto de Antofagasta. Lo demás es historia
conocida.
MEDIACIÓN PERUANA:
La Misión Lavalle
Frente a la tensa situación en el sur, el gobierno peruano
de Mariano Ignacio Prado envía a su Ministro de Relaciones Exteriores José
Antonio de Lavalle para mediar en el litigio entre Bolivia y Chile. Su misión
era lograr un arreglo pacífico y amistoso entre ambas naciones. Al llegar a
Santiago, y después de un recibimiento hostil por parte de un populacho
excitado y enardecido, Lavalle entablará negociaciones con los representantes
del gobierno chileno proponiéndoles la administración protectoral de Chile,
Perú y Bolivia en la zona en conflicto, propuesta que fue rechazada por Chile.
Es allí, donde los chilenos le emplazan al plenipotenciario
peruano la existencia del Tratado secreto con Bolivia, alegando que este ponía
en riesgo su seguridad y soberanía, conminándolo a desistir de participar en un
asunto que era exclusivamente de carácter bilateral. Se plantea que al estar el
Perú involucrado en un alianza con una de las partes en conflicto, no estaba en
condiciones de mediar entre ambas, por tanto, el Perú debía mantenerse al
margen de ello, o, de lo contrario, se iba a ver involucrado en el conflicto.
Era un ultimátum, y como todos sabemos, el Perú decidió respetar su compromiso
defensivo con Bolivia, viéndose arrastrado de este modo a una guerra que nunca
provocamos. Frente a la decisión peruana, Chile nos declara la guerra el 5 de abril
de 1879.
COMBATE DE IQUIQUE: 21 de Mayo 1879.
La flota chilena que bloquea Iquique se enfrenta a la flota
peruana. La fragata Independencia comandada por Moore al perseguir a la
Covadonga encalla en un arrecife a la altura de Punta Gruesa, siendo los
naúfragos peruanos acribillados por los chilenos. En tanto el Huáscar comandada por Miguel Grau
se enfrenta a la Esmeralda comandada por Arturo Pratt lográndola hundir.
COMBATE DE ANGAMOS: 08 de Octubre 1879.
Al amanecer el 08 de octubre, entre Mejillones y
Antofagasta, el Húascar y la Unión fueron vistos por las naves chilenas, Blanco
Encalada, Covadonga y Matías Cousiño. Cuando estaban por burlar este peligro
aparecieron otras naves Chilenas, el Cochrane, O´Higgnis y el Loa. Casi al
iniciar la lucha una granada del Blanco Encalada reventó la torre de mando del
Húascar muriendo Grau despedazado, igual suerte corrió su ayudante Diego Ferre,
también murió el capitán de Corbeta Elias Aguirre, sucesor del mando.
Los que sucedieron en el comando, José Melitón Rodríguez y
Enrique Palacios sucumbieron en el combate, así como Melitón Carvajal y Pedro
Garezón, el cual al ver que todo estaba perdido ordena abrir las válvulas del
célebre monitor, hecho que será evitado por los chilenos al abordar la nave y
ordenar trasladarlo como trofeo de guerra a Chile. Hoy, nuestro buque insignia
aun se encuentra en manos mapochinas esperando el momento de reivindicarlo como
nuestra.
Dictadura de Piérola
Vigencia: del 22 de diciembre de 1879 a Febrero de 1881.
Reunió en sus manos todo el Poder dictatorial, suspendiendo
la Constitución de 1860 y promulgando el Estatuto provisorio de 1879 para
legalizar los actos de la Dictadura.
El Estatuto de Piérola constaba de 12 artículos, creaba un
congreso de Estado compuesto por el Arzobispo de Lima, el presidente del Congreso
de Juristas, el Presidente de la Corte Suprema, el Presidente del Tribunal
Mayor de Cuentas, el Prior del consulado y el Rector de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Fue suprimido el año 1881 por García Calderón,
restableciendo la Constitución de 1860.
Política Militar: Piérola desconfiaba de Lizardo Montero al
cual consideraba un poderoso enemigo, además sabía la animadversión que tenía
el ejército del sur hacia su persona, ello es que desamparó a los oficiales que
luchaban en el sur. Cambió cuadros del ejército colocando a inexpertos
oficiales y a ineptos aduladores que le eran adeptos, hecho que explica porque
los chilenos destrozaron más tarde sus líneas defensivas de Lima.
Estábamos en plena guerra, nuestro territorio era invadido y
Piérola sólo piensa en aferrarse al poder, sembró desconfianza, creo desunión,
formo el segundo ejército del sur al mando de su adicto Segundo Leiva y formado
en su mayoría por Pierolistas que deberían
defenderlo en caso lo quieran derrocar. Piérola siempre ambicionó la
presidencia y ahora que había llegado el momento quería aferrarse a toda costa
en él.
6.2.1.2. Campaña de Tacna y Arica: 1880.
Batalla de los Angeles: 22 de Marzo de 1880
Los Chilenos al mando de Baquedano, desembarca en Ilo y
derrotan a los peruanos dirigidos por Andrés Gamarra.
Batalla del Alto de la Alianza: 26 de Mayo 1880
En la meseta de Intiorco (Tacna) Baquedano vence a los
aliados dirigidos por Campero y apoyado
por Montero, Cáceres, Bermudez y Víctor Fajardo.
Rendición Boliviana y retiro de la guerra.
Batalla de Arica: 07 de junio de 1880
Heroica defensa de la Plaza y Morro de Arica por parte de
Francisco Bolognesi y sus Oficiales.
Dos días antes de la batalla, los chilenos enviaron al mayor
Juan de la Cruz para entrevistarse con Bolognesi y pedirle pidió la rendición y
entrega de la Plaza de Arica, dada la enorme superioridad numérica y bélica de
los chilenos. El pedido fue denegado, dando Bolognesi su inmortal respuesta:
“Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último
cartucho”.
Teodoro Elmore fracasó en la misión del minado del Morro
Los peruanos con Bolognesi, Ugarte, Inclán, Arias Aragues y
Moore sucumbieron ante los hombres de Lagos y Baquedano. La orden chilena fue
“hoy día no hay prisioneros”, y los chilenos aplicaron el infame “REPASE” a
todos los heridos, solo salvándose los prisioneros extranjeros, entre ellos el
argentino Roque Saenz Peña, quien más tarde llegaría a ser Presidente de
Argentina y relataría las atrocidades de los chilenas en aquella sangrienta
jornada.
El saldo de esta batalla para el Perú fue de 1300 muertos y
500 prisioneros.
Para variar, el Coronel Pedro Leiva nunca llegó a
reforzarlos, consumándose la traición pierolista. Con esto el Perú perdía todo
el sur.
LA INFAME EXPEDICIÓN LYNCH: Septiembre de 1880
Luego de destrozado el ejército del sur, se produjeron
bombardeos a puertos como el Callao, Chorrillos, Ancón y Chancay. Antes de
invadir la capital, el gobierno chileno decide enviar en Setiembre de 1880 una
expedición destructiva al norte del Perú dirigida por Patricio Lynch.
El objetivo de esta expedición es destrozar el aparato
productivo peruano, postrar al Perú en la más absoluta miseria, y no poder recuperarse
del golpe por muchas décadas. Esta expedición vandálica es ejecutada con
maestría por Lynch, quien luego de bombardear puertos, quemar haciendas, matar,
violar, entre otras atrocidades cometida por la soldadesca rapiñesca chilena,
retorna a Chile con la misión de prepara el golpe final contra la capital.
En Arica a bordo de la embarcación norteamericana
“Lackawana” y con la mediación de los EE.UU. se reunieron los países en
conflicto, buscando firmar la paz, a la que no se llegó porque el Perú se negó
a aceptar las condiciones Chilenas, consistentes en la entrega a perpetuidad de
la provincia salitrera de Tarapacá, la retención de Arica, Tacna y Moquegua y
el pago de una indemnización por S/. 20’000,000. La participación
norteamericana en el conflicto obedeció a los intereses norteamericanos de
evitar ser desplazado por Inglaterra y otros países europeos en América.
LA CAMPAÑA DE LIMA: 1881 – 1883
Heroica defensa de la capital por parte de las Milicias
urbanas (población civil), mal preparadas, mal armadas y en inferioridad
numérica. Destaca el inadecuado plan de defensa de Piérola al colocar 2 líneas
defensivas en San Juan y Miraflores.
Batalla de San Juan: 13 de enero de 1881. Los Chilenos se
lanzaron el ataque con Lagos, Sotomayor y Lynch sobre la defensa peruana de
Iglesias, Cáceres y Pastor Dávila. Victoriosos los chilenos, avanzaron hacia
Chorrillos y Barranco quemaron haciendas, saquearon, voilaron y asesinaron
gente inocente. Se entregaron a la más desenfrenada borrachera, colocándose en
situación vulnerable ante un posible ataque por sorpresa de los peruanos, hecho
que no fue aprovechado por Piérola, a pesar de que Cáceres y Canevaro le instaron a tomar por asalto el campamento
chileno.
Batalla de Miraflores: 15 de Enero de 1881. El General
Baquedano derrotó a los peruanos al
mando de Cáceres. El 17 de Enero de 1881 los Chilenos ocuparon Lima. Lima se
salvó de la destrucción total gracias a la intervenció, del Almirante francés
Abel Du Petit Thouars. PETIT THOUARS, Almirante francés al mando del victoreuse
se hallaba con la escuadra Francesa en los mares del Pacífico, en Lima la
Hermana Francesa Pagget le pidió que interceda para que no destruyan Lima. Al
negarse Baquedano a garantizar el respeto por la capital, Petit Thouars lo
amenazó con destruir sus naves en el Callao. Ante ello, Baquedano garantizó la
integridad de Lima pero exigió:
El 17 de Enero las tropas
chilenas ingresaron a la ciudad, Lynch fue nombrado jefe de la
ocupación. Chile humilló a Lima, izaron la bandera Chilena en Palacio de
Gobierno, se llevaron todos los libros de la Biblioteca Nacional, destruyeron
la Escuela de Medicina de San Fernando, asaltaron el Palacio de la Exposición
robándose el hermosísimo reloj de Pedro Ruiz Gallo y todo lo de valor que
encontraron en la antigua ciudad de los Virreyes. Fue uno de los golpes más
duros y humillantes que los chilenos nos
infligieron. Las últimas naves peruanas; el Atahualpa, La Unión, el Oroya, el
Rímac y el Talismán prefirieron hundirse antes que caer en manos chilenas.
Hechos Posteriores: Piérola al ver perdida la capital huye
por el valle del Chillón atravesando la
cordillera y llegando a Huancayo, para luego dirigirse a Ayacucho, convocar a
un Congreso y renunciar al mando supremo. ¡Increíble pero cierto!. En el colmo
de su pusilanimidad, este felón llega a Lima, y luego de entrevistarse con
Patricio Lynch, jefe de la ocupación de Lima, terminará su brillante “participación”
en la guerra viajando al extranjero con pasaporte chileno.
En febrero de 1881, una junta de notables nombró presidente
a Francisco García Calderón, denominándose su régimen con el nombre de
“Gobierno de la Magdalena”. Fue presionado por los chilenos para firmar la paz
cediendo territorios, al negarse fue deportado a Chile.
LA CAMPAÑA DE
LA BREÑA: 1881 - 1883
Brillante campaña dirigida por el gran Andrés Avelino
Cáceres, el “titán de la Breña”, apodado por sus travesías en la sierra como “el
Brujo de los Andes”.
Fue una verdadera guerra de guerrillas, una guerra
irregular, una guerra de desgaste para los chilenos. Cáceres con un ejército
irregular compuesto por las indomables y valerosas guerrillas de Montoneros
indios le infligieron a los chilenos severas derrotas a lo largo de tres años
de infatigable resistencia que dejó en alto el honor nacional y que de no haber
sido traicionado por altos oficiales peruanos como Miguel Iglesias y Lizardo
Montero, la lucha hubiera sido coronado con el éxito final. Tributo para
aquellos héroes anónimos que sin la adecuada preparación militar y en
inferioridad bélica supieron hacer frente a un enemigo en teoría invencible.
Tributo para aquellas hermosas mujeres que serena y estoicamente sufrieron al
lado de sus compañeros los rigores de esta infausta guerra, mujeres a las
cuales, la infame oligarquía traidora las endilgó el epíteto despectivo de
“rabonas”.
Las principales correrías de Cáceres se produjeron en el
Valle del Mantaro. Entre las principales batallas libradas durante esta campaña
podemos señalar a las siguientes:
Batalla de Sangrar: 26 de junio de 1881. Victoria peruana
Batalla de Pucará: 5 de febrero de 1882. Batalla que fue
ganada por los montoneros en minutos. Los chilenos huyeron dejando sus
municiones y pertrechos de Guerra.
Batalla de Marcavalle: 09 de julio de 1882
Batalla de Concepción: 09 de julio de 1882. Los chilenos
fueron derrotados pereciendo al final
toda su guarnición.
Batalla de San Pablo: 13 de julio de 1882. Victoria de
Miguel Iglesias en Cajamarca sobre los chilenos.
INVASIÓN ECUATORIANA AL PERÚ: Increíblemente, aprovechando la grave situación por la que
atravesaba el Perú, a fines de 1882 fuerzas ecuatorianas invadieron territorio
peruano por el río Coca que era afluente del Napo en Loreto.
CAÍDA DE CÁCERES:
HUAMACHUCO
Cáceres y sus montoneras son derrotados por los chilenos
dirigidos por Gorostiaga en Huamachuco el 10 de julio de 1883. Esta batalla que
ya la teníamos ganada, increíblemente la perdimos por que en el momento final,
cuando el ejército chileno ya se retiraba derrotado, se terminaron las
municiones y los chilenos al darse cuenta de ello, aprovecharon la situación
para desatar una verdadera carnicería contra nuestros indómitos montoneros.
Cáceres estuvo a punto de ser capturado, pero protegido por sus fieles y leales
partidas guerrilleras logró escapar y fugar con dirección hacia la sierra
central, llegando a Jauja y luego a Andahuaylas. Entre los prisioneros de
Huamachuco estaba Leoncio Prado, hijo del traidor Mariano Ignacio Prado, el
cual será fusilado por los chilenos.
FIN DE LA GUERRA:
EL TRATADO DE ANCÓN
Lesivo y humillante tratado firmado entre Perú y Chile el 20
de octubre de 1883 para poner fin al conflicto que los había enfrentado desde
1879 y 1883.
Representado al Perú estuvo el Ministro de Relaciones
Exteriores del regimen José Antonio de Lavalle y por Chile el plenipotenciario
Jovino Novoa.
Estipulaba:
El Perú cede a Chile a perpetuidad los territorios
comprendidos entre el río Loa y la Quebrada de Camarones, es decir, toda la
rica provincia salitrera de Tarapacá.
También cedía temporalmente por un periodo de 10 años los
territorios ubicados entre la quebrada de Camarones y el río Sama, es decir
Arica y Tacna, al término del cual, un plebiscito en ambos lugares decidiría en
definitiva su nacionalidad, el país beneficioso le pagaría al otro la suma de
diez millones.
Además se estipulaba el pago por parte del Perú de una
onerosa indemnización económica.
CONSECUENCIAS
Grave y de trágicas proyecciones fue para el Perú fue la
guerra y de nefasta consecuencia de las cuales enumeramos:
- La pérdida de Tarapacá con toda su riqueza salitrera
- La pérdida del ingente capital humano en los tres años de
guerra.
- Pérdida de valiosos objetos de ciencia, artes,
literatura llevados como botín de guerra.
- Pérdida de dinero que se llevó a Chile en cupos, impuestos
y exoneraciones
- Destrucción del aparato productivo, evidenciado en la
destrucción de haciendas, puertos, industrias, vías férreas.
- Ruina financiera y pérdida de nuestro crédito externo.
- Destrucción de nuestra flota naval tanto de la marina de
guerra como de los barcos mercantes.
-Depreciación de nuestra moneda.
-Saqueo de nuestros principales centros de cultura, entre
ellos podemos mencionar a la Universidad de San Marcos, la escuela de Medicina
de San Fernando, la Biblioteca Nacional del cual se llevaron los chilenos
valiosas joyas bibliográficas y documentos históricos.
- Profunda crisis y declive espiritual, traumático
decaimiento ciudadano y dolor profundo por el trastorno y hundimiento del país.
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